En esta última semana se han filtrado infinidad de rumores relacionados con su ficha técnica. Hablamos, claro está, del Samsung Galaxy S8, un dispositivo que podría darse a conocer en apenas unas semanas y que se convertirá en el nuevo y más solvente smartphone del catálogo del fabricante coreano. Samsung tiene previsto dar a conocer un teléfono especial y aunque todavía no ha ofrecido ni un solo dato oficial, hoy se ha publicado una imagen que podría revelar el aspecto final del esperado Samsung Galaxy S8. El caso es que, a juzgar por los rumores que se han ido publicando, la imagen nos ofrece un Samsung Galaxy S8 que se ajusta bastante a las características especificadas, aunque sea provisionalmente y a las imágenes supuestamente reales que se han ido publicando esta misma semana.
Por ejemplo, el módulo de la cámara fotográfica se encuentra ubicado justo con el sensor de huellas dactilares, que en lugar de ir integrado en el botón de inicio del dispositivo, se encontraría en la sección posterior. Quedaría descartada, pues, la opción que apostaba por la incorporación de este lector de huellas por debajo de la pantalla. Esto significaría, además, la desaparición del legendario botón de inicio físico, para dejar paso a una superficie frontal mucho más amplia y cómodo. El mismo documento revela una pantalla curvada hacia los bordes y una carcasa rematada en vidrio, que seguiría otorgando al dispositivo un aspecto elegante y distinguido.
Los rumores dicen que el Samsung Galaxy S8 se presentará en dos versiones distintas. El primero contaría con una pantalla de 5,8 pulgadas, mientras que el segundo, reconocido como Samsung Galaxy S8 Plus, disfrutaría de un panel de hasta 6,2 pulgadas. La pantalla se curvaría hacia los dos lados, tanto en el primer modelo como en el segundo, y ambos funcionarían a través de la tecnología Súper AMOLED, con una resolución Quad HD. Con todo, parece que la pantalla principal ocupará un 83% del frontal.
Pero esto no sería todo. Parece que el teléfono incluirá una cámara fotográfica única, dejando atrás los sistemas de doble cámara que tanto están proliferando entre una gran mayoría de dispositivos. Se espera, en este sentido, que se incluya un único sensor en la parte trasera de 12 megapíxeles y que el segundo, de 8 megapíxeles, se mantenga en la parte trasera con una apertura f/1.7. Lo mejor de todo es que la cámara frontal disfrutaría de un nuevo sistema para detectar objetivos y de búsqueda visual. Se espera, por otra parte, que en la parte frontal encontremos alojado un sensor de iris, el mismo que ya vimos en el Samsung Galaxy Note 7 y que busca añadir un plus de seguridad para los usuarios.
Con respecto al procesador, todo apunta a que el teléfono pueda funcionar a través de un chip Qualcomm Snapdragon 835. Sin embargo, hay que tener en cuenta que lo más probable es que en determinado mercados este chip pueda funcionar con un nuevo procesador Exynos, desarrollado en el seno de la propia Samsung. Cabe la posibilidad de que la maquinaria interna del teléfono combine su rendimiento con 6 GB de memoria RAM, lo que otorgaría al dispositivo un potencial enorme: tanto a la hora de ejecutar determinados gráficos, como en el momento de consumir menos energía, uno de los talones de Aquiles de la gran mayoría de smartphones.