Toshiba está en caída libre. A finales de año te contamos que la firma, de origen japonés, había perdido casi la mitad de su valor en apenas una semana. Pues bien, sus circunstancias no han mejorado y el descenso a los infiernos se prevé largo y crudo. Hoy se ha sabido que la crisis financiera de Toshiba se ha acentuado un poco más después de que los medios apuntaran que podría registrar una flagrante pérdida de 6.000 millones de dólares en el núcleo de negocio de Estados Unidos. Esto provocó una caída del 15% en el valor de sus acciones. Los informes que se acaban de publicar, además, que existen serias dudas de que la compañía pueda hacer frente a la crisis con todas las decisiones que tiene previsto tomar. Una de ellas, la más importante, vender la participación de su negocio de chips. Pero esta no sería la única medida que los directivos de Toshiba habrían tenido que tomar para hacer frente a la situación.
Según Reuters, la compañía también se habría puesto en manos del Banco de Desarrollo de Japón (DBJ), una entidad respaldada por el gobierno de la nación, para conseguir asistencia por parte del mismo y dar salida a esta situación límite. Al mismo tiempo, parece que los responsables de Toshiba se habrían puesto en contacto con varios bancos para encontrar posibles apoyos que sujeten la corporación de una caída definitiva.Parece, en este sentido, que Toshiba no se quedará sola. No por el momento. El presidente del principal banco del país, Sumitomo Mitsui Banking Corp ha declarado que le gustaría apoyar a Toshiba tan pronto como sea posible. Otros bancos que también han sido consultados por Reuters se han negado a hacer declaraciones al respecto.
Pero el particular descenso a los infiernos que está protagonizando Toshiba no viene de ayer. La compañía viene arrastrando esta crisis desde 2015, cuando tuvo que despedir a más de 7.000 empleados alrededor del mundo y cerrar sus cuentas con más de 4.500 millones de dólares en pérdidas. Ya por aquél entonces, a la firma no le quedó más remedio que reconocer su declive y anunció que desde 2008 había hinchado sus beneficios. Cuando el mundo entero se encontraba sumergido de lleno en la crisis económica más grave que hemos vivido recientemente, Hisao Tanaka, el presidente de entonces, dio cifras falsas de beneficios, lo que sin duda afectó de manera contundente a los inversionistas que hasta entonces habían confiado en la compañía. Tanaka dimitió y Masashi Muromachi se hizo con el control de la compañía, para tratar de recuperar el prestigio de la misma y llevar a cabo una reestructuración profunda.
Sin embargo, las cosas no habrían salido del todo bien y en pleno 2017, la compañía se enfrentaría a una de sus mayores crisis. Por si esto fuera poco, Toshiba adquirió recientemente una compañía dedicada a la construcción de materiales nucleares, justo en un momento en el que Japón vive su mayor crisis, después del desastre nuclear de Fukushima, con una reducción más que considerable de la inversión en construcción. Esto no habría ayudado en absoluto a amortiguar los duros golpes que ha tenido que encajar la compañía en los últimos años. ¿Sobrevivirá?