Cada año millones de animales son utilizados como recursos de aprendizaje en las facultades o como modelos de investigación en laboratorios de todo el mundo. Ratones y ratas, hámsters, conejos, perros, gatos, cerdos, vacas, ovejas, reptiles, monos, pájaros e incluso peces.
Sin ir más lejos el pez cebra, comúnmente llamado así por sus cinco rayas laterales y cuyo nombre científico es Danio rerio despertó la curiosidad y el interés de muchos científicos al ser capaz de regenerar sus órganos y tejidos.
Este pez ha sido sujeto de muchas investigaciones, desde el cáncer hasta la adicción a la cocaína, gracias a que comparte el 80% de los genes con el ser humano, a la rapidez con la que se desarrolla, en 36 horas sus organismos ya están formados, y debido a que sus embriones son transparentes y se desarrollan fuera de los cuerpos de la madre lo que es de gran ayuda a la hora de observar su evolución a través del microscopio.
Por lo tanto, no es de extrañar que cuando el equipo de investigadores dirigido por Maurizio Porfiri, profesor de Ingeniería Mecánica y Aeroespacial de la Escuela de Ingeniería NYU Tandon, decidió desarrollar una alternativa virtual, capaz de sustituir a los animales de laboratorio, eligieran los peces de agua dulce tropicales y en concreto al pez cebra.
El equipo utilizó datos reales para desarrollar una plataforma que simula la natación del pez cebra en tres dimensiones. Una herramienta lo suficientemente precisa como para reemplazar a los animales en los experimentos.
Esta plataforma 3D ha resultado ser ideal para los estudios neurocomportamentales, realizados para comprender mejor el órgano más desconocido hasta el momento, el cerebro. Y es que la comprensión de su comportamiento social puede ayudar a los investigadores a explorar trastornos humanos como la ansiedad, la adicción, el autismo o la esquizofrenia.
La plataforma comenzó como un modelo 2D en 2015 pero ha seguido sofisticándose tanto que a día de hoy cuenta con calibración de velocidad, capacidad para detectar obstáculos y el mismo patrón de nado del pez cebra.
Tal es la similitud entre el pez y la réplica 3D que en los resultados de sus experimentos consiguieron demostrar que los peces reales eran fuertemente atraídos por el robot 3D, que imita su misma apariencia y movimiento, atracción que se perdía cuando se les juntaba con objetos que no guardaban parecido con su especie.
Aunque los investigadores son totalmente conscientes de que su creación aún no puede reemplazar completamente las pruebas con animales, afirman que puede ayudar a disminuir, de forma significativa, el número de animales que cada año son utilizados en los laboratorios.