El Doc Pro llega presentado como un patinete urbano, para moverse por la ciudad. Eso sí­, siempre y cuando se cuente con un carril bici o una acera ancha y poco transitada. Y es que este Doc Pro no cuenta con ningún claxon. Una pequeña pega que hace mella en su seguridad.

Circular con él es realmente divertido y, si se cuenta con algo de práctica, resulta muy estable y cómodo. Ahora bien, su maniobrabilidad es reducida, por lo que hay que evitar las horquillas y curvas pronunciadas. Tampoco es recomendable hacer saltos, derrapes y otras acciones similares. El Doc Pro tiene una buena construcción y es muy resistente, pero cuenta con partes de plástico que bien pueden quedar dañadas con los golpes, y su peso es bastante más elevado que un patinete al uso: algo más de 15 kilos.

Hablamos de un patinete eléctrico. Es decir, que cuenta con un motor capaz de mover al piloto sin necesidad de empujarlo constantemente. Basta con un primer impulso y después presionar su control de velocidad para que el motor haga el resto del trabajo. Gracias a sus 300 watios de potencia es capaz de mover a una persona a una velocidad máxima de 20 kilómetros por hora. Eso sí­, siempre y cuando no pese más de 100 kilogramos y no sea una rampa pronunciada. Y es que la potencia de este patinete va algo justa en algunas situaciones y dependiendo de la carga que porta. Eso sí­, el piloto puede ayudarse con su pie, a la vieja usanza, en cualquier momento.

Para frenar, el Doc Pro de Nilox cuenta con un pedal de freno en la parte trasera, como los patinetes clásicos. Algo que no resulta cómodo para todos los usuarios, y que requiere cierta práctica para no perder el equilibrio en algunas situaciones de frenado. En definitiva, un freno de manillar no estarí­a de más para una segunda versión de este aparato. Este freno cuenta con un piloto que se hace más luminoso para alertar a peatones y otros vehí­culos de la acción de frenado.

Nilox afirma que es un patinete cómodo de portar y guardar. Nuestra experiencia difiere. Su peso y su escasa maniobrabilidad hacen que sea un vehí­culo algo aparatoso en espacios pequeños. Su bisagra permite el plegado de forma cómoda, pero sigue siendo demasiado grande para guardarlo en un armario o debajo de la cama, por ejemplo. Su manillar es telescópico y permite adaptarse a la altura de cualquier tipo de usuario.

En cuanto a su autonomí­a, es un concepto muy relativo. Sobre el papel cuenta con una baterí­a de 4.400 mAh que le permite recorrer, en teorí­a, hasta 40 kilómetros en dos horas. Se carga en algo más de dos horas de forma completa. En la práctica, la cosa cambia. Si se pesa más de 75 kg la distancia y velocidad máximas se reducen. A ello hay que sumar las rampas, el aire y diferentes situaciones que pueden comprometer estas cifras. Para los menos arriesgados, cuenta con un limitador de velocidad con el que circular a solo 6 kilómetros por hora.

Su indicador LED permite conocer en todo momento cuál es la carga restante. Cada franja de luz hace referencia a una etapa de 5 kilómetros. Para cargar la baterí­a solo hay que conectarlo a la corriente mediante su puerto lateral.

En definitiva, es un aparato divertido para moverse en él. Sin embargo, las normas de circulación impiden pilotarlo en carretera, por lo que está limitado a carriles bici y aceras. Sin lugares para conducir cómodamente puede resultar algo peligroso ya que no lleva claxon y su ángulo de giro no es amplio. Ahora bien, es una opción válida para ir al trabajo o desplazarse a algún lugar cercano dentro de la urbe. Eso sí­, hay que poder permití­rselo. Este Nilox Doc Pro ha llegado al mercado con un precio de 800 euros.

nilox doc pro

Recibe nuestras noticias

De lunes a viernes mandamos un newsletter con los titulares del día a +4.000 suscriptores

I will never give away, trade or sell your email address. You can unsubscribe at any time.