Sabemos que Japón lleva años a la vanguardia de la tecnología. Ha sido la potencia número uno, aunque ahora rivaliza con Corea. Una historia de superación y trabajo duro que no siempre ha mostrado todo lo que hay detrás de los inventos y avances conseguidos. Y es que, por el camino, se han quedado muchas ideas locas y prototipos que son, cuanto menos, sorprendentes. Productos que no sabemos si realmente cumplían con su propósito, pero que nos van a ofrecer un buen rato en este artículo.
El mechero solar
No apto para personas nerviosas e impacientes. Si tienes solo cinco minutos para salir a fumar un pitillo, este mechero solar no es tu mejor amigo. Eso sí, tampoco se queda sin combustible. Claro que es necesario contar con unos buenos rayos de sol para concentrar suficiente calor y lograr encender el cigarrillo. ¿Útil? No. ¿Llamativo? Bastante.
Barra de mantequilla
Si estás harto de destrozar el pan de la tostado tratando de extender la mantequilla por toda la superficie, aquí tienes la solución. Mantequilla en barra, pero en barra tipo pegamento. Un invento más o menos loco pero que puede ser ideal para viajes y excursiones. Ni manchas cuchillos ni tienes que sufrir para extenderlo. Todo son ventajas.
Enfriador de tallarines
Solo una mente asiática podría haber creado semejante producto. Ya no habría más quemaduras en lenguas y labios con este invento. Es cierto que su diseño no está muy logrado, pero la idea de acoplar un miniventilador a un palillo tiene su lógica.
Cepillo de dientes de dedo
De acuerdo, aquí no hay demasiada tecnología. Se trata de un preservativo de dedo o un dedal y el cabezal de un cepillo de dientes. Analicemos sus fortalezas y debilidades: Es cómodo, ocupa menos que un cepillo de dientes normal y puedes usarlo en cualquier lugar, pero tiene una pega. No lo uses en público si no quieres que te miren raro.
Zapatillas telescópicas de andar por casa
Nos declaramos fans absolutos de este producto en tuexperto.com y esperamos que una nueva versión llegue al mercado en breve, aunque seguramente no lo hará. Al parecer, su finalidad es acabar con insectos del hogar a una distancia más que prudente gracias a su mando. A nosotros se nos ocurre que puede ser la herramienta de disciplina definitiva. Las madres del mundo ya no tienen que recoger su alpargata después de lanzarla cual boomerang para corregir un mal comportamiento.
Paraguas invertido
La primera impresión de este producto es que es realmente ridículo. El segundo pensamiento nos lleva a un planteamiento más que interesante para ahorrar dinero y recursos naturales. Si tienes que salir de casa en un día de lluvia, al menos que te sirva para recolectar unos cuantos litros para beber o cocinar. Eso sí, el problema está en transportar el contenedor con el agua recogida.
Ni siquiera sabemos cómo titularlo
¿Tienes a Godzilla en el oído? ¿Tanto cerumen como para construir un cirio? Pues bien, ya no necesitas a nadie que te mire en las cavidades laterales de tu testa. Con este aparato es posible hurgar en la oreja viendo en todo momento lo que estás haciendo y con lo que te estás encontrando. Nos quedamos entre extrañados y asqueados, sin saber muy bien hacia donde se inclina más la balanza.
Zapatillas para el perfecto y vago amo de casa
Agacharse a recoger migas es cosa del pasado. Aunque esta foto bien podría ser de los 80 o los 90, los japoneses ya pensaban en nuevas fórmulas para hacer las tareas de casa de forma mucho más cómoda. Eso sí, en vez de doblar la bisagra y agacharse, hay que desarrollar toda una técnica de gestos entre rodillas y tobillos para lograr barrer con estos utensilios. Ahora bien, el siguiente problema es llevar el polvo y las migas hasta la papelera sin dejarlo caer todo por ahí.
Corbata portatodo
Si actualmente puedes llevar la oficina en tu móvil para trabajar en cualquier parte, esta corbata japonesa de hace un par de décadas hacía lo propio allá por los 90. Aunque de forma más literal. Tijeras, clips, post-its, bolígrafos, tarjetas”¦ Eso sí, olvídate de pasar el control de seguridad de un aeropuerto con semejante complemento atado al cuello.
Gafas antilloros para cortar cebollas
Su mecanismo es tan sencillo y práctico que resulta difícil creer que no se comercialicen a nivel global. Sabemos que las moléculas desgarradas que entran en reacción y causan un gas de base de sulfuro es lo que nos hace llorar, algo que unas gafas con cristales normales no evitaría. Sin embargo, si se le acoplan dos pequeños ventiladores para apartar dicho gas”¦ Una de dos, o consiguen el efecto para el que se construyeron o echan a volar.
Imágenes vía Old Pics Archive