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Madrid Gaming Experience cautiva a jóvenes y mayores con una propuesta total

Jaime tiene 17 años y los últimos 3 meses los ha pasado trabajando en su disfraz de este año. No, no es para Halloween. Y tampoco se maquillará con sangre. Irá de ”˜Reaper”™, uno de los héroes de Overwatch, el último bombazo de Blizzard, una de las sensaciones online del momento. Dice que ha comprado el abono de 5 dí­as. Roberto tiene 37 años y trabaja como ingeniero de Telecomunicaciones en una importante compañí­a internacional de Software. Él también va disfrazado aunque no lo parezca. Viste normal, pero una fuerte luz blanca le sale del pecho al más puro estilo Tony Stark (Iron Man). Lo ha hecho él mismo con LED sensibles al movimiento siguiendo un tutorial de YouTube. Ha venido desde Málaga sólo para ver la feria.

Y es que si hay algo que no se puede poner en duda en esta primera edición, es que el Madrid Gaming Experience ha conseguido aunar la primera generación del videojuego con la última. Una tarea difí­cil y arriesgada si uno se pone a comparar el PAC-MAN con el CALL OF DUTY. Pero que los organizadores han sabido resolver de forma acertada, convirtiéndolo en uno de los logros de esta feria a la que ya han asistido 80.000 personas en sus primeros tres dí­as.

¿Cómo? Muy sencillo: una oferta variada.

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La variedad es uno de los fuertes de esta fiesta del videojuego, con 5 zonas diferentes:

RETROWORLD es la encargada de homenajear los primeros años del videojuego y acoger a los gamers más veteranos. Un verdadero paraí­so para los amantes de los 8bits. Un museo lleno de Spectrums, extraños mandos y demás suerte de hardware antediluviano que da la bienvenida al visitante. Es habitual ver a los más jóvenes deambular entre las vitrinas con un asombro arqueológico ante el maremagnum de abandonware desplegado ante ellos. Una hilera de consolas y recreativas con los mejores juegos arcade de la Golden Age hacen que el viaje temporal sea absoluto convirtiendo la experiencia en jugable. ¡Imprescindible!

A su lado, se haya la Zona MANGA O RAMA!, captadora de frikis y otakus: mangas, disfraces, muñequitos, talleres de cosplay, proyecciones de anime y conciertos de la banda sonora del Final Fantasy. Un Valhalla para los más nerds: el lugar perfecto para conocer gente y pasarlo bien.

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Las Zonas ESL y GAME ofrecen un completí­simo programa de torneos profesionales de tí­tulos como el hegemónico e inmortal Counter Strike: Global Offensive, League of Legends (LOL) o Call of Duty: Black Ops III entre otros. Varias arenas y escenarios donde poder seguir las partidas en las pantallas gigantes o conseguir hacernos un selfie con nuestro equipo favorito. Un cebo perfecto para los más pro gamers. Y es que los e-Sports están siendo uno de los platos fuertes de la feria. Comentados como retransmisiones de un Mundial de Fútbol y con el público jaleando como un pequeño Maracaná, algunos auguran que este tipo de competiciones sobrepasará al fútbol en audiencia e ingresos durante las próximas décadas. Un pronóstico con fundamentos reales si advertimos la creciente cifra de espectadores por todo el mundo (31,5 millones de hogares siguieron la gran final del ESL One en Colonia este año).

No falta un lugar donde aprender y debatir las nuevas claves de esta industria gracias a los chicos de GAMELAB que disponen de su propia sala de ponencias en la Madrid Gaming Experience: la GAMELAB Academy. Un programa de charlas e intervenciones de lo más interesantes en las que profesionales de los videojuegos analizan y debaten sobre el naciente medio y sus infinitas posibilidades. Un ágora muy útil para jóvenes rookies que sueñan con trabajar en la industria, periodistas, entusiastas y otros profesionales. La zona también disponí­a de una zona de encuentro para el networking entre profesionales y proyectos.

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Por último, pegada a ésta, se encuentra la Zona INDIE, un espacio donde jóvenes (y no tan jóvenes) creadores españoles presentan sus proyectos en stands y boxes abiertos. Quizás, la zona más descongestionada de toda la feria. Así­ que es fácil hablar con los autores y probar sus juegos independientes. De entre todos las proyectos, cabe destacar Smach Z. No se trata de un videojuego, sino de una consola. O más bien un ordenador portátil. Todo depende de cómo se mire. Más grande que la PSP, con un diseño alargado y con el concepto de una Steam Machine portátil, la Smach Z soporta Windows 10 y con sus 2 controladores hápticos sus creadores (de Mallorca, por cierto) nos aseguran que podremos jugar a tí­tulos recientes. Eso sí­: ajustando los valores gráficos a la potencia de la máquina. Una consola española que puede dar mucho de qué hablar en los próximos años. Sin lugar a dudas, la gran tapada de una feria donde las grandes marcas han brillado por su ausencia y donde las colas para probar los juegos han desesperado hasta al más paciente.

Madrid Gaming Experience finaliza mañana a las 21 horas (pabellones 12 y 14 de IFEMA).

 

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