Internet

El gobierno estadounidense parece haber dado un paso atrás en su obsesión por controlar los contenidos de Internet a nivel mundial, un cambio que puede afectar de forma muy positiva a las caracterí­sticas más importantes de la navegación en la Red, como la libertad de expresión y de acceso a contenidos.

En concreto, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos ha cedido por fin el control de la Red a la ICANN, un organismo que pasa por fin a tener una organización autónoma, totalmente independiente del gobierno. La ICANN se encarga, desde los inicios de Internet, de tomar todas las decisiones importantes sobre su funcionamiento a nivel mundial, pero hasta ahora no habí­a contado con libertad total de decisión frente al gobierno estadounidense.

Entre las funciones principales de la ICANN destaca, por ejemplo, la asignación de direcciones IP, que son los códigos que permiten identificar a los distintos usuarios que se conectan a la Red. También se encargan de gestionar los identificadores de protocolo y de los dominios registrados.

La ICANN (por sus siglas en inglés, Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números) se creó en 1998 y hasta ahora habí­a permanecido bajo el control y la supervisión del gobierno estadounidense, una situación muy criticada por los defensores de la libertad de expresión e información en la Red. En concreto, muchos activistas han denunciado durante años un grave conflicto de intereses, ya que los contenidos permitidos podí­an ser fácilmente monitorizados o incluso censurados (parcial o totalmente) por los organismos oficiales de gobierno de Estados Unidos (sin importar de qué paí­s fuera el sitio web).

¿Es real la independencia del ICANN?

ICANN

Ahora que la Comisión Federal de Comercio ha decidido ceder el control y devolver la autonomí­a y la capacidad de decisión a la ICANN, cabe preguntarse si realmente el cambio traerá más flexibilidad en cuestión de contenidos en la Red.

En cierto modo se ha hecho notar el escándalo de los programas de espionaje masivo a través de la Red que reveló Edward Snowden: los activistas de Estados Unidos y también del resto del mundo llevan desde entonces exigiendo cambios radicales en la gestión para que la ICANN se controle a nivel internacional y no solo desde las instituciones de gobierno estadounidense.

Desde este mes de octubre, la ICANN queda configurada como un organismo autónomo estadounidense y contará con muchos integrantes de distintas partes interesadas: desde expertos técnicos de diferentes paí­ses hasta profesionales de telecomunicaciones e incluso representantes de gobiernos y de grandes empresas de Internet como Google, Amazon o Facebook.

La ICANN contará además con cuatro grupos responsables de supervisar las acciones y las decisiones de la organización. Estos grupos serán rotativos y con representación internacional, y trabajarán en áreas como la gestión de dominios genéricos, la seguridad en Internet o las cuentas y los datos relacionados con los impuestos de las compañí­as que operan en la Red.

Hay que tener en cuenta, no obstante, que la ICANN se mantiene como un organismo alojado en Estados Unidos y, por tanto, seguirá sujeto en cierto modo a las directrices del gobierno estadounidense. Al fin y al cabo, las compañí­as responsables de controlar los dominios de tipo .org, .net y .com son estadounidenses y deben cumplir con la legislación y las órdenes judiciales de Estados Unidos, al igual que ocurre con la ICANN.

La principal diferencia es que ahora, gracias a los grupos de supervisión, habrá más paí­ses controlando y participando en la toma de decisiones.

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