A lo mejor estás leyendo esto y no solo no sabes si eres un troll, sino que ni siquiera sabes lo que esa figura significa. Para aquellos rezagados que lidian con ellos a diario (o lo son ellos mismos) y no saben de lo que estamos hablando, vamos a ponernos en antecedentes antes de comenzar con el decálogo.
¿Sabes ese amigo que pongas lo que pongas en Facebook te lo va a rebatir? ¿O ese tuitero que publica cada minuto contestaciones malsonantes a cualquiera que le haya aparecido en su timeline? ¿Y qué me dices de los que se quejan hasta de respirar? Bien, todos ellos son lo que comúnmente se dice en la jerga de Internet: trolls. El término se usa concretamente para referirnos a personas que publican mensajes instigadores por Internet, generalmente en redes sociales. ¿Su finalidad? Ninguna, simplemente molestar, porque eso es lo que alimenta al troll, la controversia per se, sin fundamento alguno. A la acción de comportarse como un troll se le denomina «trolling» o «trollear» en nuestro idioma.
Ahora que ya nos hemos familiarizado con los términos que rodean a estas maravillosas criaturas, ¿qué os parece si hacemos un test para saber si somos uno de ellos? Basta con responder si nos sentimos identificados o no con las siguientes afirmaciones.
1. Escribes mensajes «en clave»
«Gente que…», «personas que…», así empiezan muchos estados de trolls en Facebook. Con esas palabras «clave» pretenden criticar a gente sin mencionarlas pero luego se sorprenden de que esa «gente que» se dé por aludida. Si eres de los que escriben este tipo de estados, empezamos mal.
2. Si te entran al trapo, disfrutas
Ya has lanzado tu crítica y la persona te responde con insultos y ataques pero tú, lejos de ofenderte, te activas, te llenas de adrenalina y disfrutas de esa violencia verbal gratuita.
3. Publicas todo el rato
Obviamente el ecosistema de un troll es Internet, por ello, pasa muchas horas navegando por la red y publica bastante más que el resto de la gente.
4. Los spoilers son tu perdición
Si hay algo que te guste más que ver una serie es ir corriendo a Twitter a contar el final a todo el mundo, pero eso sí, que no te hagan spoiler a ti o sentirán la furia de la ciénaga.
5. Odias que la gente sea feliz
Los mensajes de amor y felicidad en las redes sociales son tu kriptonita. No puedes soportarlo, es ver una pareja enamorada y tienes que soltar tu comentario troll para sentirte a gusto.
6. La gente te sigue el juego
Una cosa curiosa de los trolls es que consiguen un ratio de respuestas bastante alto, lo que nos hace plantearnos qué sucedería si utilizasen todo ese ingenio y energía en cosas positivas.
7. Aunque no te hayan dado vela tú la enciendes
Si eres de los que comenta todo en las redes sociales, incluso a gente que no conoces, y especialmente para ejercer una crítica o comentario negativo gratuito cuando nadie te lo ha pedido, ya sabes, apúntate un tanto troll.
8. Corriges a la gente
Esto te encanta, sobre todo los fallos ortográficos, y ya si le pones un enlace a la RAE, lo gozas.
9. Nadie te puede llevar la contraria
Claro, porque al buen troll le gusta trollear pero no que le trolleen, así que en en el momento que alguien no opina igual que tú comienzas con tus comentarios sarcásticos y jocosos con el fin de hundirle y repito, solo porque no piensa como tú.
10. Bloqueas y te bloquean a menudo
Este tipo de interacción bidireccional suele ser muy común en los trolls. Normalmente son ellos los bloqueados pero también bloquean cuando alguien les contesta algo que no les gusta. Son de «block» fácil.
Si has respondido afirmativamente más de la mitad de estas preguntas es probable que en lo más profundo de tu alma se encuentre un pequeño troll, pero no sufras, todos tenemos algo de troll en alguna ocasión.