Ashley Madison

La popular web de citas Ashley Madison vuelve a estar en el punto de mira. Rob Segal, actual CEO de la compañí­a, y el nuevo presidente, James Millership, han admitido en un comunicado que durante un tiempo muchas de las mujeres que aparecí­an en la web no eran humanas, sino programas virtuales. Al parecer, en Ashley Madison suspendieron esta práctica en Estados Unidos en 2014 y a nivel internacional en 2015, pero lo cierto es que hasta ese momento los hombres no hablaban en algunas ocasiones con mujeres reales si no con robots. De hecho, el grupo de hackers Impact Team sostiene que un 90-95% de los perfiles femeninos eran falsos, es decir, la mayorí­a.

Desde que el año pasado la web de citas fuera atacada por piratas informáticos haciéndose públicos los perfiles de cientos de personas que estaban siendo infieles a sus parejas, se realizó una completa reestructuración y se nombró a nuevos cargos que están intentando hacer reflotar la compañí­a. El escándalo fue sonado, hubo muchos afectados, e, incluso, provocó el suicidio de un pastor al revelarse que formaba parte de la comunidad de Ashley Madison. En las últimas horas, además, se ha sabido que habí­a en la web unos 70.000 perfiles falsos de mujeres, lo que significa que el portal de citas online estaba lleno de robots fingiendo ser mujeres reales.

Ashley Madison

El escenario, por tanto, era desolador, tal y como se ha conocido ahora. 31 millones de hombres en una dura competición para atraer a 5,5 millones de mujeres, de las cuales solo 12.000 eran de verdad. Pagaban para conectar con perfiles femeninos que al rato desaparecí­an sin más, lo que nos lleva a pensar que esos hombres realmente no estaban teniendo una aventura, estaban llevando a cabo una fantasí­a.

A pesar de que ha sido ahora cuando los directivos han sacado a la luz esta información, ya hace algún tiempo una ex empleada de la compañí­a demandó a la web de citas por sus malas condiciones laborales. La trabajadora aseguró tener lesiones en sus manos por crear unos 1.000 perfiles falsos de mujeres en el tiempo de tres meses. Los escribí­a en Portugués para conseguir audiencia brasileña. Este caso se resolvió fuera de los tribunales y Ashley Madison declaró que su empleada jamás hizo perfiles falsos.

La pregunta que nos hacemos ahora es: ¿cómo podemos encontrar los fakes en el universo del portal? Es complicado, sobre todo si tenemos en cuenta que hasta los usuarios reales de Ashley Madison dan a veces información errónea. No se puede negar que los trabajadores de la compañí­a hicieron en su momento un buen trabajo elaborando millones de perfiles de mujeres irreales con información visible: fotografí­a, alias, comentarios subidos de tono. Lo cierto, es que cuando uno observa detenidamente esos perfiles, se puede apreciar el engaño muy de cerca, sobre todo al ver los emails y las direcciones IP. Es evidente: dinero derrochado por fantasí­as reales con mujeres irreales.

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