Meghan Trainor Me Too

Lo sabemos. Ocurre dí­a sí­ y dí­a también. El uso de Photoshop para «embellecer» a las personas es una constante en fotos y ví­deos. Y todaví­a más en el mundo del espectáculo. Seguramente, lo primero que pienses al leer el titular de esta noticia es que han sido los fans y las redes sociales los que han puesto el grito en el cielo por el último videoclip de Meghan Trainor, Me Too. Pero no. La noticia es que ha sido la propia cantante estadounidense la que ha exigido que se retire el ví­deo por el abuso de los retoques digitales en su cuerpo, poco tiempo después de que saliera a la luz. Toda una declaración de principios ante la que no queda otra que quitarse el sombrero.

Y es que Meghan Trainor saltó a la fama con su clip All about that bass, una canción que escribió ella y que, precisamente, carga contra el abuso del Photoshop en la moda y el espectáculo. Para la cantante no es necesario tener un cuerpo delgado para sentirse bien y resultar atractiva. Una idea que muchos podí­an pensar que obedecí­a puramente a una estrategia comercial acertada. Pero la joven de 22 años se ha encargado de demostrar que es algo más que una pose, al exigir a su propia discográfica que retirara su último videoclip. Me Too salió a escena en la tarde de ayer y desapareció de YouTube y Vevo pocos minutos después de forma misteriosa.

Meghan Trainor All About that Bass

Fue la propia Meghan Trainor la que explicó lo ocurrido a través de Snapchat. «They Photoshopped the crap out of me», una frase que se podrí­a traducir por algo así­ como «me retocaron por todas partes». «I’m so sick of it and I’m over so I took it down until they fix it». Es decir, está tan harta de eso que decidió retirar el ví­deo hasta que lo arreglen. La cantante centra sus crí­ticas en el cambio que experimentó su cintura —«My waist is not that tiny«–. Pero, además, todaví­a más interesante es el hecho de que la cantante dijera sentir «vergí¼enza» por haber sacado ese ví­deo.

¿Cambio de paradigma?

Esta sencilla declaración esconde un cambio cada vez más progresivo en la mentalidad del mundo del espectáculo (y ojalá también en la vida cotidiana). El uso de los retoques digitales, que comúnmente se conoce como «photoshoppear» por el recurso a este popular programa, es una realidad tan extendida como dañina. Durante años tanto artistas como famosos se han valido de estas armas para aparecer mejor en las fotos o en los ví­deos. La situación es todaví­a más exagerada en revistas de moda. Hasta hace poco, la mayor parte de los personajes famosos sentirí­an vergí¼enza de aparecer sin retoque, y en este caldo de cultivo han crecido mujeres y hombres que nunca terminan de sentirse bien con su propio cuerpo. El peso, los «defectos», las diferencias que en el fondo definen nuestra apariencia eran el mayor enemigo.

Pero algo está cambiando. Desde hace años, se está fraguando un cambio de mentalidad que se está comenzado a convertir en moda. Precisamente, en el mundo de la moda es donde más llamativa es esta tendencia. Y es que cada vez tienen más peso en este sector las denominadas modelos de tallas grandes. Una de las principales precursoras es Ashley Graham, una modelo que se ha convertido en toda una sensación y que ha aparecido en revistas como Vogue o Sports Illustrated (de hecho, es la primera modelo de tallas grandes que ocupa la portada de esta revista).

Ashley Graham Sports Illustrated

Esperemos que, como muchas modas, estos cambios en el mundo del espectáculo no queden en algo pasajero. En el fondo, el mensaje que subyace detrás de estos movimientos es simple pero –muchas veces– difí­cil de aceptar. Como dice la propia canción de Trainor «Cada centí­metro de ti es perfecto». ¿No os parece?

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