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Al observar la obra del fotógrafo canadiense Matt Molloy es imposible dejar de pensar en el efecto pictórico que emulan las «pinceladas» asomando en sus fotografí­as. La sensación que produce es la de estar ante un cuadro realizado por alguno de los grandes genios impresionistas como Monet o Renoir. Y es que, la fotografí­a de Molloy, se basa en un estilo de «Timelapse» que capta cientos de imágenes individuales entre sí­, formando una secuencia de fotos  que se combinan en una única imagen estática, mostrando la progresión del tiempo, el movimiento y los cambios de luz y sombra, algo similar a lo que sucede en la fotografí­a de larga exposición. Sin embargo, la técnica de Molloy permite un mayor control del que serí­a posible mediante de procesos de larga exposición.

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«La tierra de las piruletas gigantes»

Las fotografí­as se ajustan a los tí­tulos surrealistas que el propio autor les adjudica, como por ejemplo, «La tierra de las piruletas gigantes», fotografí­a en la que se refleja en una única imagen varios ciclos de giro de unos molinos de viento. Mostrando una única imagen cada composición revela el paso del dí­a como un panorama de ensueño tal y como sucede en la pintura impresionista. Hablamos de nubes de colores trenzadas en el cielo, composiciones geométricas de naturaleza imposible o elementos artificiales mimetizándose con el entorno.

Es tal la influencia de los maestros impresionistas en la obra de Matt Molloy que incluso una de ellas  se llama «Las ví­as de Monet». En esta fotografí­a podemos ver unas ví­as de tren rodeadas por un entorno natural de colores vivos que recuerda sobremanera a obras del pintor francés como «Le Bassin Aux Nympheas» pintado en 1919.

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«Las ví­as de Monet»

¿Cómo se consigue este efecto?

La base fundamental de esta técnica es realizar varias fotografí­as a lo largo de un perí­odo de tiempo sobre una escena u objeto. Siempre se tomarán desde una posición fija, ayudados por un trí­pode, y posteriormente habrí­a que fusionarlas en una sola imagen. En cuanto a los intervalos de disparo, cuanto más corto sea el intervalo entre disparos, más suave será el movimiento que se verá reflejado. Por lo general lo ideal es disparar en el rango de 3 a 6 segundos durante todo un dí­a. A veces tan solo son necesarias 30 fotografí­as para lograr un resultado óptimo, pero lo normal es que el número se cuente en cientos. Se puede utilizar un intervalómetro externo para controlar la cámara. Los intervalómetros para cámaras réflex son económicos y muy fáciles de instalar. En el caso de que cuentes con una cámara Canon, nosotros recomendamos un software Open Source llamado «Magic Lantern» que incluye entre muchas otras funciones, un intervalómetro, que es lo que necesitamos para seguir la técnica de Molloy. Lo único que hay que hacer es descargarlo e inmediatamente aparecerán en nuestro menú de la cámara un montón de caracterí­sticas nuevas que permiten experimentar a fondo. «Magic Lantern» funciona a la perfección pero como otros software Open Source no está aprobado por Canon, con lo cuál afectarí­a a la garantí­a de nuestra cámara en el caso de que generase algún -aunque poco probable- problema.

 

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