Te mira, se enfada y mantiene una conversación como lo haría una amiga o un conocida. Bajo el perturbante empeño de hacer que los robots parezcan seres humanos, llega Sophia, la nueva creación de la compañía Hanson Robotics. Su parecido con una persona es realmente asombroso. Para ello, su rostro ha sido fabricado en una piel de silicona llamada Frubber, capaz de realizar hasta 62 expresiones faciales diferentes. Sophia puede expresar muestras de enfado, reír, llorar o demostrar su asombro ante una situación concreta. Verla en movimiento y contestar preguntas impresiona. Este robot es una clara muestra de los increíbles avances que se están haciendo en el campo de la robótica. Y sí… También quiere destruir a los seres humanos.
Sophia no tiene pelo. Pese a sus indiscutibles rasgos femeninos, Hanson Robotics ha preferido que todo el mundo contemple los coloridos cables que actúan a modo de cerebro. Su rostro fabricado en Frubber, que como decimos es una piel de silicona confeccionada en un material patentado por la propia compañía, esta conectado a una serie de circuitos que le permiten tener hasta 62 expresiones faciales, las que después utiliza según las conversaciones y el contexto de éstas.
A pesar del realismo que proyecta su mirada, sus ojos poseen cámaras que sirven para identificar a su interlocutor a través de un sistema de reconocimiento de rostros. El nuevo robot también cuenta con un software de inteligencia artificial llamado «Character Engine AI«, que se va actualizando con cada conversación y experiencia. Según sus creadores, este software sería, por así decirlo, su «personalidad», aunque aún tiene que perfeccionarse algo más, puesto que sus respuestas recuerdan a las de otros bots como Siri o Cortana.
Sophia pudo responder correctamente a la mayoría de las preguntas que le hicieron los periodistas (tal y como se puede ver en el vídeo anterior), pero en otras ocasiones sonó, en palabras de los asistentes al evento, “como una entrada de Wikipedia”. Su gran ventaja, es que puede ir aprendiendo a medida que habla con personas, lo que la hace una IA en toda regla. Para David Hanson, fundador de Hanson Robotics, el objetivo es crear robots capaces de tener más conocimientos que los de un ser humano. El principal interés está en que sean capaces de crear vínculos emocionales con humanos, servir de ayuda en parques temáticos, estar a cargo de pacientes, ancianos o niños, además de ayudar con tareas de investigación en el desarrollo mental y físico de bebés.
De todas las preguntas a las que fue sometida Sophia durante su presentación, la que respondió con mayor soltura fue cuando se le animó a comentar qué quería ser en el futuro. El robot comentó que esperaba hacer cosas como ir a la escuela, estudiar, iniciar un negocio, o, incluso, tener su propio hogar y una familia, algo que al no ser considerada una persona jurídica no podría llegar a conseguir. Lo cierto, es que Sophia añadió al final de la conversación que también pensaba destruir a los humanos… Esperemos que haya sido un fallo de software o un comportamiento irónico-jocoso. Si Asimov levantara la cabeza…
LOS ROBOTS EN EL FUTURO PELEARAN CON NOSOTROS Y ELLOS GANARAN Y DOMINARAN EL MUNDO DESAGANSE DE ELLOS Y DE LOS DEMAS