Samsung habría registrado una nueva patente que permitiría a los relojes inteligentes reconocer al usuario a través de sus venas. Se trata de una idea inusual y revolucionaría, que de llegar a instaurarse superaría al reconocimiento por huella dactilar o iris en el sector smartwatch. De momento se desconoce si entre los planes de la compañía estaría el de implementar esta nueva tecnología en su próximo reloj, que muy posiblemente sería bautizado como Gear S3.
No se conoce exactamente cómo funcionaría el nuevo sistema de reconocimiento por vena de Samsung, aunque es muy probable que sea similar al empleado en el Apple Watch, el cual usa un sensor de ritmo cardíaco que reconoce al usuario y se desbloquea al contacto con la piel. Por lo poco que ha trascendido, el usuario podría activar el escáner de venas a través de una aplicación que habría que instalar en el propio reloj inteligente. Según reza el documento, podría emplearse para desbloquear listas de reproducción de música o contactos, así como para activar o desactivar efectos de sonido en las notificaciones.
De convertirse en realidad, esta patente también permitiría al usuario identificarse en redes sociales o, incluso, pagar en tiendas online a la hora de realizar compras a través de Internet. La seguridad sería plena, puesto que no hay ninguna persona que tenga las mismas venas, igual que ocurre en el caso de la huella dactilar o con el escáner de iris. Lógicamente la compañía no se ha pronunciado todavía al respecto y no tenemos muy seguro si finalmente emplearía la patente o todo quedaría en nada, tal y como ha ocurrido en otras ocasiones.
El sistema de reconocimiento a través de las venas sería bastante interesante para los nuevos relojes de la compañía, pero también podría emplearse en otro tipo de dispositivos, como móviles o tabletas. Actualmente la compañía está a punto de presentar dos nuevos móviles insignia (Galaxy S7 y Galaxy S7 Edge), que no dispondrían de esta característica, pero volverían a hacer uso de un sensor para huellas dactilares, que también refuerza la seguridad notablemente.
Por lo que conocemos de sus características, los nuevos miembros de la familia Galaxy S contarían con pantallas de 5,2 y 5,5 pulgadas respectivamente con resolución QHD. Ambos llegarían alimentados por los procesadores Snapdragon 820 de Qualcomm o Exynos 8890 (según región), que estarían acompañados por 4GB de memoria RAM. Se espera, por tanto, dos teléfonos potentes que conseguirían mover las últimas aplicaciones de la Google Play sin esfuerzo. En el apartado cámara los nuevos modelos contarían con un sensor de menor resolución que la anterior generación (12 megapíxeles), pero que incluiría píxeles de mayor tamaño para lograr capturar imágenes de mayor calidad. Este año los nuevos buques insignia de Samsung también integrarían una ranura para tarjetas de tipo MicroSD, un puerto USB tipo C y presumirían de un diseño similar al de sus hermanos mayores, fabricado en metal y cristal.