Es uno de los jóvenes más ricos del mundo o uno de los ricos más jóvenes. En este caso, el orden de los factores tampoco altera el producto. Tras tener a su primer hijo y hacer una espectacular donación a la caridad quizá también se haya convertido en uno de los más solidarios. Pero cuidado, que no es oro todo lo que reluce. Mark Zuckerberg, el millonario fundador de Facebook, anunció esta semana junto con su mujer Priscilla Chan, que tras haber sido padres donarían el 99% de sus acciones de Facebook, lo que se corresponde, más o menos, con la magna cifra de 45 millones de dólares. Hasta aquí todo muy bonito. Pero, ¿qué es lo que ha hecho Zuckerberg en realidad? Según cuenta The New York Times, la pareja solo ha pasado su dinero de un lugar a otro, sin sacarlo en ningún momento de sus bolsillos. Pero, ¿cómo lo han hecho exactamente?
En lugar de entregar esas acciones a una organización sin ánimo de lucro, Zuckerberg ha creado una sociedad llamada Chan Zuckerberg Initiative, una fundación familiar que quiere hacer algo tan genérico como promover la igualdad y fomentar el potencial humano. Así, las acciones que hasta ahora estaban en manos de Zuckerberg, han pasado a manos de… Zuckerberg. Él ya ha explicado que la sociedad se dedicará a vender acciones y a usar las ganancias para financiar proyectos filantrópicos (ya sabes que eso es a lo que siempre se dedican los súper millonarios) o relacionados con la educación o la medicina. Dice, además, que de momento, la sociedad no venderá las acciones de Facebook por más de mil millones de dólares y que él seguirá, seguramente durante años, como presidente y consejero delegado de la compañía. Faltaría más.
Pero, ¿qué hay acerca de este tipo de sociedad y cómo puede operar en Estados Unidos? Al parecer, este tipo de organizaciones pueden invertir en otras empresas con fines lucrativos, hacer donaciones políticas, presionar con el fin de conseguir cambios en las leyes, etcétera. Zuckerberg podrá, en definitiva, hacer lo que más o menos quiera con su dinero. Porque sigue siendo suyo y de nadie más. Además la fórmula que Zuckerberg ha elegido para dar rienda suelta a la filantropía poco tiene que ver con una fundación puramente dedicada a la caridad, puesto que esta última está sujeta a unas reglas muy concretas y a supervisiones periódicas. La nueva fundación del dueño de Facebook, en cambio, ira un poco más por libre y no tendrá que comprometerse a proporcionar sus cuentas con tanta transparencia como lo haría una fundación legalmente dedicada a la caridad.
Por otra parte, este tipo de donaciones permiten a quiénes las realizan obtener ciertas deducciones fiscales. Es un detalle. Pero la situación de esta organización todavía es mejor. Expertos en economía explican que donando estas acciones a la caridad se obtiene una deducción justa del valor que tienen estas en el mercado, sin que se genere ningún impuesto. Es un negocio redondo al que Zuckerberg se puede acoger porque así lo permiten las leyes. That’s life.
shinga tu madre