Llegan las navidades. Esa época de alegría y comidas hasta el esófago. Un periodo en el que se disparan las compras y en la que solemos relajar la vigilancia. Es un caldo de cultivo perfecto para que los cibercriminales traten de engañarnos con tiendas falsas o maniobras para robar nuestros datos. Aldama Informática Legal ha reunido algunas de las prácticas más comunes de los delincuentes para arruinarnos las vacaciones. Te contamos todos los detalles.
1. Tarjetas navideñas
Es el fraude por excelencia para estas fechas. ¿Quién no ha recibido alguna vez una tarjeta de felicitación a través de su correo electrónico? Amigos, familiares, pareja… Es una práctica muy extendida que se convierte en la excusa perfecta para pillarnos en un descuido. Y es que estamos ante un correo que incluye, generalmente, un archivo adjunto o un enlace. A través de estas vías, los ciberdelincuentes pueden introducir en nuestro smartphone, PC o tableta un troyano para robar nuestra información personal y después venderla en el mercado negro.
2. Donaciones
Sí, ya no hay decencia en este mundo. Pero… ¿Sorprende ya? Una de las prácticas que más están creciendo en estos últimos tiempos es la de aprovecharse de la mayor sensibilidad de las personas en estas fechas. Los cibercriminales se hacen pasar por una ONG o una fundación para hacernos creer que estamos ayudando a los más necesitados, cuando en realidad les estamos llenando el bolsillo a ellos. En algunas ocasiones incluso crean su propia ONG desde cero.
3. Compras online
Otra de las prácticas estrella. Esta época se dispara el gasto en las compras y el ajetreo de las fechas suele provocar que seamos más descuidados. Los cibercriminales se hacen pasar por tiendas conocidas o ponen anuncios para vender productos de primera o segunda mano con precios atractivos. Una vez que captan los datos bancarios, desaparecen. Otro ejemplo muy parecido es el de las estafas de venta de lotería, que juegan con la ilusión de la gente.
4. Reserva de viajes
Los cibercriminales se hacen pasar por una conocida agencia de viajes o se meten dentro de uno de los conocidos portales de intercambio de alojamiento. Una vez que las víctimas han hecho la reserva y pagan el dinero, desaparecen del mapa.
Ante estas amenazas, resulta recomendable llevar a cabo reforzar nuestra vigilancia para evitar fraudes. Por ejemplo, revisar bien la dirección del portal web que estamos visitando. Analizar en Internet las opiniones sobre una determinada tienda y no dejarnos llevar por los precios «demasiado buenos para ser verdad». En el caso de las tarjetas, cerciorarnos de que nos la haya enviado una persona de confianza antes de abrir cualquier enlace o archivo. Otras prácticas que hay que evitar son el hecho de compartir demasiada información personal en las redes sociales (todos esos datos son oro para llevar a cabo un fraude) o conectarnos a redes WiFi públicas.
Se trata de consejos que en la inmensa mayoría de las ocasiones tienen que ver con el sentido común. Sí aun así sufrimos el fraude, es importante contactar cuanto antes con un perito informático como Carlos Aldama (director de Aldama Informática Legal) para que se recojan pruebas cuando todavía está en marcha el fraude.
