La compañía nipona Toshiba podría haber estado inflando sus cuentas de manera sistemática desde el año 2008, con una ejecución que escapaba del control de los auditores y que, tras seis años, podría haber hinchado los beneficios en más de mil millones de euros. La investigación que acecha a Toshiba menciona la implicación de los más altos cargos de la compañía, quienes habrían estado al corriente en todo momento de la manipulación que se estaba produciendo en las cuentas. Está previsto que Hisao Tanaka, presidente de Toshiba, y Norio Sasaki, su mano derecha, presenten de forma oficial su dimisión en los próximos meses.
Según señala un reporte independiente del que se ha hecho eco la agencia estadounidense Reuters.com, Toshiba habría inflado sus cuentas en una cifra que rondaría los 151,8 miles de millones de yenes (unos 1.100 millones de euros). Esta cifra vendría prácticamente a triplicar las estimaciones iniciales, que rondaban una cifra ligeramente superior a los 367 millones de euros. Según señala el reporte presentado ante el Tokyo Stock Exchange, «[en Toshiba] existía una cultura corporativa en la que uno no podía ir en contra de los deseos de sus superiores«, haciendo referencia a la presión que supuestamente se ejercía desde los altos cargos para cumplir con los objetivos, incluso aunque ello supusiera incurrir en irregularidades en las cuentas.
De forma tajante, el reporte señala que gran parte de la manipulación de las cuentas de la compañía japonesa Toshiba era intencionada, y estaba siendo llevada a cabo de tal forma que resultaba «difícil» que pudiera ser detectada por los auditores.
El reporte menciona que esta manipulación de las cuentas se extendía por todos los segmentos de negocio de la compañía y pasaba por tácticas como, por ejemplo, retrasar la publicación de las pérdidas o los cargos en las cuentas de la compañía. Estas técnicas, si bien comenzaron a dar sus primeras señales de vida en el año 2008, se fueron incrementando a medida que crecía la presión hacia la compañía nipona, llegando a su punto máximo durante los años fiscales de 2011 y 2012 (coincidiendo, casualmente o no, con la explosión de Fukushima, que supuso una preocupación para los directivos de la compañía en relación al impacto que podría tener este accidente en sus negocios relacionados con el mercado nuclear).
Todavía queda un largo camino por delante hasta que las autoridades determinen el verdadero impacto de la manipulación en las cuentas que supuestamente ha tenido lugar en Toshiba. Según algunas fuentes, la compañía podría estar preparada para recibir una sanción que rondaría entre los dos y los tres mil millones de euros. De momento, Toshiba ha confirmado que dará una rueda de prensa el próximo día 21 de julio (martes), y ese mismo día también está previsto que el comité encargado de la investigación realice declaraciones al respecto de este escándalo contable.