Tras una investigación que se ha alargado durante cinco años, la Unión Europea ha demandado formalmente a la compañía Google por abuso de posición dominante. Así lo ha hecho saber la Comisaria de este órgano, Margrethe Vestager, hace unas horas, quien afirma estar preocupada por que la empresa del buscador haya dado ventaja a sus propios productos a través de su posición en las búsquedas de Internet. Algo que se ha traducido en una demanda que ya está en curso y que cita a Google a responder ante ella. Además, el sistema operativo Android también pasa a estar en la mira de la investigación de la Unión Europea.
La investigación por monopolio comenzó hace cinco años, en noviembre de 2010, cuando la Comisión Europea empezó a investigar el supuesto abuso de Google sobre su herramienta de comparación de precios de productos en Internet. Es decir, el favoritismo que la propia Google daba a los resultados de Internet, ofreciendo como primera opción su herramienta Google Shopping, donde encontrar y comparar precios de productos que se pueden comprar online. Algo sobre lo que la Unión Europea confirma tener pruebas y por lo que lanza tal acusación.
A partir de este momento la compañía de Mountain View cuenta con un plazo de diez semanas para contestar a la demanda y defenderse ante la acusación por monopolio. Ante ello, Google ya ha confirmado que no tardará en hacerlo. Así, ha comunicado varias razones en las que defiende su posición. De tal forma afirma que es el momento en el que el usuario cuenta con más opciones a la hora de utilizar buscadores en Internet, disponiendo de alternativas como Bing, de Microsoft, Yahoo, Quoara”¦ e incluso de nuevas herramientas móviles como Siri (Apple) y Cortana (Microsoft). Además ha hecho circular datos e incluso declaraciones de algunas compañías que han apoyado la demanda en su contra en los que se afirma que gracias a los servicios de comparadores de precios se ha aumentado las visitas y los ingresos de dichas compañías: TripAdvisor, Yelp, Axel Springuer o Expedia, por citar algunas. Por tanto, no cree que esté actuando en contra de las leyes anti monopolio de la Unión Europea.
Lo curioso es que, junto al anuncio de esta demanda por monopolio, la Comisaria de la Unión Europea también ha confirmado la apertura de una nueva línea de investigación centrada exclusivamente en el sistema operativo Android. De esta forma, se busca la confirmación de que Google ha llevado a cabo prácticas anticompetitivas en su sistema operativo, negando la posibilidad de hacerlo a otros creadores de sistemas operativos, aplicaciones y servicios.
Google se hizo con Android en 2005. Desde entonces lleva a cabo acuerdos con diferentes marcas fabricantes por las que éstas pueden incluir su sistema operativo en los terminales móviles, pero integrando también el rico ecosistema de aplicaciones y servicios que posee la compañía del buscador. Es aquí donde la Unión Europea cree que su posición dominante opera en detrimento de otras compañías y servicios.
En su defensa, Google afirma que los acuerdos de distribución con los fabricantes no son exclusivos, permitiéndoles integrar sus propias aplicaciones y herramientas. De hecho, según sus declaraciones, buscan evitar la fragmentación del sistema operativo, asegurándose de que una misma aplicación funcione en cualquier terminal Android. Junto a ello recuerda que Android puede funcionar sin Google, y afirma que integra muchas menos aplicaciones propias de Google en Android que la competencia, citando claramente a Apple e iOS en esta comparación.
