Lo de hacerse chuletas en el dobladillo de la falda o las manos está pasado de moda. Ahora lo que se lleva es la tecnología y cada vez hay más dispositivos que traen a más de un profesor de cabeza. Con el boom de los smartphones cualquiera puede hacer una búsqueda en Internet de forma discreta y, en un examen, puede salvarnos del suspenso, por eso no es de extrañar que en muchos colegios y universidades de todo el mundo no se pueda usar el móvil en los exámenes -algunos incluso obligan a apagarlo. La amenaza de los móviles ya estaba controlada, pero ahora los smartwatch llegan como una opción incluso más discreta. Los llevamos en la muñeca, algunos tienen un diseño de reloj tradicional que pasa desapercibido y se conectan a nuestro smartphone por Bluetooth. Copiar en un examen sería tan sencillo como mirar la hora, cuando en realidad estamos leyendo el temario de física. Varios colegios británicos ya han prohibido el uso de este tipo de dispositivos ante la llegada del Apple Watch en abril, que se espera aumente el interés por los wearables.
Varios centros de educación de Reino Unido ya no permiten a sus alumnos entrar en los exámenes con relojes inteligentes, así lo publica el blog RedmondPie. La inminente llegada del Apple Watch podría ser un motivo de esta repentina preocupación, y es que el reloj de la manzana ha elevado el interés en los wearables a un nuevo nivel. Su uso sólo se ha prohibido en las salas donde se realizan los exámenes, siendo posible manejarlos en clase o el descanso. Sin embargo, los wearables podrían ser el nuevo móvil y acabar en el cajón del profesor hasta que termine la clase si se convierte en una distracción.
Copiar en un examen con un smartwatch no debería resultar muy complicado. Podemos guardar notas con el temario que haya que estudiar y mirarlas lo más discretamente posible en mitad del examen. El siguiente nivel sería hacer una búsqueda en Internet en esa pregunta que tanto se nos resiste y ya si queremos sacarle todo el partido podríamos incluso chatear con un amigo para que busque las respuestas por nosotros, muy al estilo el comodín de la llamada del concurso 50×15. La University of London ha ido más allá y han prohibido el uso de cualquier tipo de reloj en exámenes, incluso los analógicos. De esta forma se evitan cualquier fallo y que un alumno les cuele un Moto 360, que con su esfera redonda da bastante el pego.
En España ya somos expertos en eso de usar la tecnología en los exámenes. Varias universidades han detectado el uso de pinganillos de espía durante exámenes de selectividad y otras especialidades, llegando a destaparse una trama que ofrecía esta solución a los alumnos. La Universidad de Valencia, concretamente la Facultad de Medicina, ha llegado a instalar inhibidores de frecuencia en las aulas para impedir el uso de estos dispositivos.