Ya ha arrancado el concurso James Dyson Award. Una prestigiosa iniciativa que reúne a los mejores estudiantes de ingeniería a lo largo del globo con un sólo objetivo. La premisa es muy sencilla. Presentar al jurado un proyecto de diseño que sirva para mejorar la vida de las personas en cualquier campo, ya sea medicina, transporte, o actividades profesionales. Cualquier idea que sea capaz de marcar la diferencia en el día a día de una persona o una actividad, y que pueda llevarse a la realidad. El ganador internacional de este concurso conseguirá un premio de 42.000 euros además del prestigio que otorga este galardón, y la universidad a la que pertenezca se llevará otros 5.000 euros.
El concurso James Dyson Award está abierto a todos los estudiantes universitarios y licenciados hace menos de cuatro años que cursen o hayan cursado una carrera de diseño o ingeniería industrial. Las candidaturas pueden llevarse a cabo a nivel personal o en grupos que no excedan las cuatro personas. El plazo de inscripción ya está abierto y se podrán presentar los proyectos hasta el próximo dos de julio. La candidatura se presenta a través de la página web de la firma (dejamos el enlace al final del artículo). El objetivo de este concurso es claro. La de premiar el mejor diseño que sea capaz de suponer una diferencia en la realización de una determinada actividad o en la vida de las personas. Por poner un ejemplo, el año pasado el proyecto ganador fue un diseño de una incubadora inflable de bajo coste pensada para los países menos desarrollados. Esta incubadora cuenta además con una batería que eleva su autonomía hasta las 24 horas, una característica más que interesante en países en los que los cortes de electricidad sean habituales.
Por cierto, dentro de este concurso también se premia a los proyectos más interesantes dentro de cada país. El ganador de 2014 es un proyecto del que ya hablamos aquí. Se trata de Rémora, un revolucionario sistema que utiliza una serie de etiquetas con sensor que se enganchan a lo largo de toda una red de pesca y permiten descubrir los sitios por donde se ha roto la red. De esta forma, se puede reparar este accesorio vital y se evita que los pescadores decidan tirar las redes al mar, creando las denominadas «redes fantasma». Este tipo de desechos son un problema para el medioambiente al seguir atrapando peces y crustáceos. Y es que se estima que un 30% de los desechos del mar proviene de las actividades de pesca.
El ganador del James Dyson Award se dará a conocer el próximo 10 de noviembre. El premio está remunerado con 42.000 euros para el ganador (y 5.000 euros a la universidad de la que provenga). Además, le acompañan dos finalistas internacionales con un premio de 5.000 euros para cada uno, y veinte ganadores nacionales entre los distintos países que participan en este concurso (entre ellos España). El premio para estos ganadores nacionales será de 2.000 euros.