Cada español consume de media 144 litros de agua al dí­a. Pero, claro, los grifos no son mágicos.

Cuando le das una vuelta al mando, no sale agua por las buenas. Si sale, es porque, detrás, hay una red impresionante de tuberí­as, depuradoras y pantanos. Una red diseñada para traer agua a todas y cada una de nuestras casas. ¿Y qué tiene que ver la tecnologí­a con todo esto? Pues mucho.

Para entender mejor este milagro cotidiano, visitamos las instalaciones en Madrid del Canal de Isabel II. Y mira en el ví­deo lo que hemos descubierto”¦

Llevar agua hasta todos los grifos de España no es fácil. Sólo en la Comunidad de Madrid, hacen falta 14 embalses. Para hacernos una idea, con todo ese agua podemos llenar 700 estadios de fútbol, hasta arriba.

Pero hay más. En Madrid, el Canal de Isabel II también recoge el agua subterránea y el de la lluvia. La limpia en unas estaciones de tratamiento gigantes y la vigila desde laboratorios y centros automáticos. De media, hacen un análisis del agua cada 5 segundos.

Canal Isabel II

Está claro. Para que los grifos funcionen hace falta mucha tecnologí­a y también muchos tubos, canales y canalillos. Sólo en Madrid hay más de 17.000 kilómetros de tuberí­as. Si las colocamos en fila, dan la vuelta al mundo y terminan en Australia. Con MacGyver, con Canguro Jack y con Cocodrilo Dundee.

Al final, todo este lí­o del agua se vigila desde un Centro de Control. Un centro que es como el puente de una nave espacial. Una sala llena de ordenadores y de pantallas de plasma. Y allí­ hacen de todo. Analizan el agua, resuelven averí­as… Una sala llena de cerebritos que, de repente abren la llave de paso de un embalse o cierran un pozo.

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