Las cámaras de los móviles no siempre son todo lo avanzadas que uno desearía. A menudo es una cuestión de espacio, porque los smartphones cada vez son más extraplanos, con pantallas más grandes, pero además incorporan cada vez más prestaciones. Sony ha encontrado una solución: las cámaras para smartphones, que se colocan con un adaptador al móvil o a la tableta. Su cuerpo está reducido a la mínima expresión; de hecho, su aspecto, a primera vista, se asemeja al de un simple objetivo, pero en realidad es una cámara completa. Estos productos ofrecen sensores de imagen más capaces y objetivos más largos, que facilitan la toma de imágenes que no serían posibles con la cámara integrada en el smartphone o la tableta.
Una de las novedades más significativas son las Sony ILCE-QX1, unas cámaras de tipo objetivo cuya lente además es intercambiable. Están disponibles sólo el cuerpo o bien con un objetivo zoom de 16-50 mm desde 300 euros. Incorporan un sensor similar al de las cámaras compactas de alta gama. En este caso es un CMOS Exmor de tipo APS-C con un tamaño de 23,2 por 15,4 milímetros, capaz de capturar 20,1 megapíxeles efectivos. Llevan un procesador de imagen BIONZ X de última generación, que proporciona fotografías repletas de detalles y con bajo ruido. Admiten cualquier objetivo con montura E de Sony. Graban vídeos en AVCHD. Dan buenos resultados en condiciones de poca luz (ISO 100-16.000), y la batería integrada, que se recarga por micro USB, dura unos 440 disparos. Son compatibles con dispositivos iOS y Android. El fabricante ofrece diversas aplicaciones PlayMemories para estas cámaras.
Las Sony DSC-QX30 también son cámaras de tipo objetivo para smartphones, pero con lente fija. En esta ocasión, es una objetivo de tipo G de Sony con un zoom óptico de 30 aumentos. El sensor de imagen es un CMOS Exmor R con un tamaño de 1/2,3 pulgadas, que puede capturar 20,4 megapíxeles efectivos. Graba vídeos MP4 de hasta 1.920 por 1.080 píxeles a 60 fps (cuadros por segundo). Dentro del paquete hay un accesorio para fijar la cámara al smartphone. Pueden acompañar a dispositivos iOS y Android. Incorporan una batería recargable y tienen un puerto USB 2.0 con conector micro. En la caja hay un cable USB micro y una correa de mano para la cámara. Su precio de venta al público asciende a 300 euros.
Por último están las Sony DSC-QX10 que tienen la particularidad de estar disponibles en otros tres colores, aparte del negro, como los otros modelos en catálogo. Así pueden ir a juego con el color de la carcasa del móvil; esos colores son blanco, rosa y marrón. Tienen un estabilizador de imagen óptico SteadyShot, para que las imágenes no salgan borrosas, ni siquiera con poca luz. El sensor de imagen puede capturar 18,2 megapíxeles efectivos, y es un CMOS Exmor R de 1/2,3 pulgadas. El objetivo fijo es de tipo G de Sony, con zoom óptico de 10 aumentos. No solamente pueden tomar fotografías, sino además grabar vídeos en formato MP4 con una resolución de 1.920 por 1.080 píxeles a 30 fps. Pesa 105 gramos con el soporte, y cuesta 200 euros.