HDMI, DisplayPort y DVI son tres interfaces que pueden manejar vídeo digital. Se encuentran en diversos tipos de dispositivos, con mayor o menor frecuencia. Conviene conocer las capacidades de estos tres estándares de conexiones para saber cuál usar en cada caso, sobre todo, cuando se trata de ver vídeos y películas desde un ordenador. Actualmente, HDMI (High-Definition Multimedia Interface) es la más difundida; puede transmitir audio y vídeo a la vez. Está presente en todos los televisores modernos y en la inmensa mayoría de los monitores para ordenador. Ordenadores portátiles y de sobremesa suelen incluir una salida HDMI, igual que muchos smartphones del mercado, aunque en estos últimos, el conector suele ser mini.
Hoy en día, lo habitual es que el equipo tengan un HDMI 1.4, compatible con contenidos 3D. Sin embargo, HDMI 2.0 es la versión más moderna, capaz de manejar vídeo 4K en Ultra Alta Definición (3.820 por 2.160 píxeles hasta 60 fps o cuadros por segundo) y un máximo de 32 canales de audio. Para exprimir al máximo las señales de vídeo 4K es necesario utilizar un cable HDMI de alta velocidad (high speed HDMI).
DisplayPort es un estándar diseñado en 2006 para conectar ordenadores a monitores. Puede transmitir audio y vídeo simultáneamente, o bien por separado. La resolución máxima está limitada por el ancho de banda disponible. La versión 1.2 tiene un ancho de banda efectivo de 17,28 gbps (gigabits por segundo); puede trabajar con una resolución de 3.840 por 2.160 píxeles a 60 fps (vídeo 4K). Una de sus principales virtudes es la capacidad multimonitor, algo muy útil para programadores, diseñadores gráficos o editores de vídeo. Tampoco viene mal para consultar material o navegar por la web en una pantalla y escribir en otra. Lo ideal es que el cable no mida más de tres metros, sobre todo si es pasivo.
DVI (Digital Visual Interface) es la interfaz más antigua; el estándar data de 1999. Fue diseñado para distribuir vídeo digital sin comprimir, aunque puede adoptar tres modos: DVI-D (sólo digital), DVI-A (sólo analógico) y DVI-I (digital y analógico). La principal diferencia respecto a HDMI es que DVI sólo transporta vídeo, mientras que HDMI además lleva audio. Por eso necesita una segunda conexión para sacar el audio, o bien emplear un adaptador, por ejemplo, de DVI a HDMI. DVI sigue estando muy difundido en los monitores para ordenador que no son multimedia (que carecen de altavoces integrados), y también en proyectores antiguos. El estándar DVI soporta dos resoluciones, dependiendo de si usa un solo enlace o uno dual. DVI con un solo enlace ofrece una resolución WUXGA de 1.920 por 1.200 píxeles a 60 Hz; el DVI dual trabaja con 2.560 por 1.600 píxeles a 60 Hz. Los conectores para uno o doble enlace son distintos; los que son para dual suelen estar marcados como DVI-DL (por Dual Link). Sólo puede enviar la señal a un solo monitor.
En definitiva, HDMI es la alternativa más difundida en monitores y televisores actualmente en el mercado, por lo que puede ser la óptima para muchos usuarios. Por su parte, DisplayPort es la mejor opción para aquello usuarios intensivos que necesitan trabajar con varios monitores simultáneamente. Aquellos que tienen un monitor antiguo seguramente tendrán que conformarse con la conexión DVI para poder ver los vídeos desde el ordenador, y no podrán disfrutar de películas 4K.