Teléfonica estaba dispuesta a entrar en el negocio de la televisión de pago y parece que lo ha conseguido. Grupo PRISA ha aceptado la propuesta apenas un día después de que la operadora presentara una oferta vinculante para hacerse con el 56% de la Distribuidora de Televisión Digital (DTS), o lo que es lo mismo, la plataforma de televisión de pago conocida como Canal+. Y aunque esta no ha sido la única oferta que han recibido, el grupo de Juan Luis Cebrián no ha esperado ni 24 horas para aceptar la proposición de Telefónica. El consejo de administración se reunió de manera extraordinaria para estudiar la decisión y al cabo de pocas horas, la propietaria de Digital Plus decidió aceptar la oferta del operador. Una oferta que ya se hizo pública un día antes y que consistía en la adquisición de un 56% de Canal Plus por 725 millones de euros, lo que hará beneficiaria a la operadora de un 78% de las acciones de la televisión de pago.
Se ha juntado el hambre con las ganas de comer. Y es que según Cinco Días, un portavoz de PRISA confirmó, nada más conocerse la oferta, que el grupo estaba deseando desinvertir en Canal+ de manera urgente. Por su parte, Telefónica, parece muy interesada en convertirse en la nueva reina de la televisión de pago. Mientras tanto, y con la oferta aceptada por la principal afectada, la propuesta ha sido remitida para su estudio a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Será necesario e imprescindible que la proposición sea debidamente autorizada y regulada de acuerdo con la legislación habitual que marca cómo deben ser este tipo de transacciones. De hecho, finalmente será Bruselas la que decida si esta operación puede materializarse o no con el éxito que desean ambas partes.
La desinversión no se ha hecho esperar en ninguna de las áreas de negocio de PRISA. Tanto es así, que en los últimos tiempos se han vendido 15 millones de acciones de acciones de Mediaset España por 121 millones de euros. Cebrián ya dijo en su momento que seguirían anunciando nuevas desinversiones para saldar la deuda que acumula el grupo y resolver, en definitiva, sus dificultades económicas.
Si la operación llega a buen puerto, Movistar tendría la oportunidad de extender su red de televisión y ofrecerla en aquellas zonas en las que la red fija no se lo permite. Pero la encargada de aprobar esta transacción, como decíamos, serán los reguladores españoles y en última instancia, los organismos europeos. Habrá que ver de qué manera lo consiguen. Y es que con esta adquisición, Movistar conseguiría hacerse con gran parte del negocio de la televisión de pago en nuestro país: alrededor de un 60% de la cuota de mercado. Los primeros en oponerse a la compra serán, sin duda, los principales operadores españoles. Tanto es así, que Orange ya ha emitido sus primeras quejas, alegando que Movistar está realizando un abuso a través de su oferta combinada de televisión. Seguiremos informando.