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La privacidad se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en uno de los temas que más preocupan a los usuarios. Y no faltan razones para ello, puesto que las noticias que nos han llegado al respecto durante los últimos meses no resultan tranquilizadoras en absoluto, más bien al contrario. Y es que no sólo el gobierno de Estados Unidos (y muy probablemente otros, aunque esto ha tenido menos trascendencia) se dedican a espiar. También bastantes empresas lo han hecho. Pero, eso sí­, a diferencia de los gobiernos (o de que las empresas que lo hacen para ellos), la justicia sí­ que puede poner trabas a dichas acciones e, incluso, sancionarlas de manera ejemplar para evitar que ese tipo de acciones se repitan en el futuro. Tal es el caso de la reciente sentencia dictada en Nueva York, en la que el fiscal general Eric T. Schneiderman ha llegado a un acuerdo por el que Google pagará 17 millones de dólares por saltarse la privacidad en Safari, el navegador web de Apple.

De dicha penalización, casi 900.000 dólares irán a las arcas del estado de Nueva York, mientras que resto recalará en las cuentas de Apple, creadora y responsable del navegador Safari, en el que Google, entre 2011 y 2012, añadí­a de manera oculta, una cookie, gracias a la cual podí­a saltarse el sistema de privacidad del navegador. El resultado de esto es que, pese a la supuesta protección de la privacidad ofrecida al usuario por parte del navegador de Apple, Google podí­a (y de hecho lo hací­a) hacer un seguimiento (tracking) de la navegación de los usuarios del mismo. Según palabras del propio fiscal,  «Los consumidores deben saber si hay otros ojos navegando por la web junto con ellos. Mediante el seguimiento de millones de personas sin su conocimiento, Google violó no sólo su vida privada, sino también su confianza». Una afirmación así­ de clara y contundente deja, sin duda, fuera de juego muchas de las técnicas de seguimiento de hábitos de navegación de los usuarios, y a una floreciente «industria» que ha crecido al albur de dicha información.

Google en Safari para MacOS X

Este tipo de sanciones son, sin duda, tranquilizadoras para muchos usuarios, que ven cómo espiar sus pasos en Internet se ha convertido no sólo en una cuestión de seguridad (en el caso de las actividades gubernamentales), sino también en un lucrativo negocio en el que los datos de los usuarios tienen cada vez más valor comercial. Está claro que los servicios online que se ofrecen gratuitamente a los usuarios deben obtener su financiación de alguna manera, pues de lo contrario no serí­an viables. Y, no lo olvidemos, Google no es una ONG, sino una empresa privada con la muy legí­tima intención de ganar dinero. Sin embargo, la violación de derechos fundamentales traspasa muchas lí­neas rojas que no deberí­an ser cruzadas. Saber que Google pagará 17 millones de dólares por saltarse la privacidad de Safari es una buena noticia para los denunciantes, pero la lección aprendida por la empresa del buscador es, sin duda, una gran noticia para todo el mundo… si es que finalmente han aprendido algo.

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