Impresora 3d arma Manchester

La tecnologí­a de impresión en 3D está, sin duda, de moda. Ayer mismo, HP anunció una impresora 3D para 2014, en lo que supone el primer apoyo de una empresa de gran tamaño (tras su fallida incursión en dicho mercado en 2010). Hasta ahora habí­an florecido bastantes proyectos de dispositivos, muchos de ellos con origen en los principales servicios de crowdfunding, pero la entrada de HP seguro que hace que otros «primeros espadas» se lancen en poco tiempo a este sector, lo que supondrá más y mejor oferta para los usuarios. Esto, que en principio es tremendamente positivo, conlleva no obstante ciertos riesgos, como suele ocurrir de manera más habitual de lo que serí­a deseable, con cada innovación tecnológica. Y en este caso el asunto que preocupa no es cuestión menor, ya que un dispositivo que permite imprimir cualquier objeto en tres dimensiones, permite precisamente eso, crear todo tipo de objetos. Un claro ejemplo de ello es que la Policí­a de Manchester ha detenido a una banda que imprimí­a piezas 3D para crear armas.

En la operación, en la que los agentes han incautado varias piezas que, por su aspecto, podrí­an ser un gatillo y la recámara (que puedes ver en la imagen inferior). Ahora tendrá que ser un peritaje judicial el que determine si esas piezas, impresas con el dispositivo de la imagen superior, tení­an el claro propósito de ser empleadas para construir un arma. A este respecto, hay que recordar que la legislación británica es muy clara al respecto, la tenencia de armas sin licencia está totalmente prohibida, por lo que de demostrarse que la finalidad de la impresión era esa, los detenidos se enfrentarí­an a no pocas acusaciones. Algo que preocupa seriamente a los cuerpos de seguridad, y que ven en esta operación una señal de por dónde van los tiros, es que los delincuentes comiencen a emplear este tipo de solución para crear sus propias armas, en vez de tener que acceder a productos ya manufacturados, ya sea de manera legal o del mercado negro.

Impresora 3D arma Manchester

Y el mayor riesgo, todaví­a más preocupante que el que supone que cualquier persona con una impresora 3D pueda crear su propia arma, es que éstas (lo cual ya pone los pelos de punta, la verdad), al estar construidas en un material que hasta ahora no era considerado «peligroso», no son detectables mediante la inmensa mayorí­a de los sistemas de seguridad. Es decir, que un chequeo estándar de aeropuerto serí­a, casi con total seguridad, inútil para detectar un arma impresa con una impresora 3D. Es cierto que, aún con el arma, es necesario contar con algún detonante (pólvora, principalmente), que tampoco se puede comprar en cualquier parte. Pero, sin duda, es más sencilla de obtener que un arma completa.

Esto abre un interesante debate, en el que de nuevo se enfrentan las libertades individuales y la seguridad. Unos, claro, afirman que tienen todo el derecho del mundo a imprimir lo que quieran, sin ser considerados delincuentes por ello. Y, desde luego, se muestran en contra de un control de este tipo de dispositivos y del uso que hacen sus usuarios de ellos. Por otra parte, evidentemente, lo que creen que la posibilidad de que cualquier ciudadano, de cualquier rincón del mundo, y con cualquier intención, pueda imprimir su propia pistola con una impresora 3D, como los detenidos por la policí­a de Manchester, es un riesgo para el que nuestra sociedad no está preparado.

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