Sin frivolizar con ello, y por tanto con permiso de los múltiples conflictos internacionales que día a día se cobran vidas y más vidas, lo cierto es que una de las guerras más encarnizadas que estamos viviendo en estos tiempos es la relacionada con la descarga de archivos a través de Internet. De una parte, los usuarios, que afirman (con toda la razón del mundo) que las herramientas y los servicios son totalmente legales e, incluso, que la descarga de contenido protegido por derechos de autor no es necesariamente un delito (algo que éticamente ya es bastante más reprobable). Por otra parte, el gran conjunto de la industria de contenidos: editoriales, discográficas, productoras y demás, que en muchas ocasiones ven como sus creaciones se difunden a la velocidad de la luz a través de dichas redes. Con el, según ellos, lucro cesante que supone cada descarga. Son estos los que hoy, sin duda, están de enhorabuena, ya que según un documento judicial al que ha tenido acceso Wired, se cierra Isohunt, uno de los principales buscadores de torrents.
La razón de ser del cierre no es otra que un enfrentamiento en los tribunales en el que, como denunciantes, se encuentran Columbia Pictures, Disney Enterprises, Paramount Pictures, Tristar Pictures, Twentieth Century Fox, Warner Bros y Universal City Studios. Por su parte, el acusado en la misma es Gary Fung, creador de Isohunt, y Web Technologies, Inc., la empresa creada por el mismo para la gestión y explotación comercial del servicio. En el acuerdo firmado por las partes, los acusados se comprometen a pagar la cantidad de 110.000.000 (ciento diez millones) dólares. Y, en un plazo de siete días desde la firma del acuerdo, que tiene fecha del 16 de octubre de 2013, los acusados tendrán que proceder al cierre definitivo de todos los servicios online operados por ellos e involucrados en la demanda. Estos son Isohunt.com, podtropolis.com, torrentbox.com y ed2k-it.com. El cierre tambén afectará según el documento, a servidores, trackers, software y archivos electrónicos relacionados con los mismos.
El documento, firmado por seis abogados (tres de la acusación y otros tres de la defensa) mantiene los derechos, por parte de los demandantes, de seguir otras vías judiciales en búsqueda de posteriores compensaciones económicas por los supuestos daños producidos por los servicios online operados por Fung.
El cierre de Isohunt, que a estas horas todavía se encuentra activo, va a ser sin duda un tema de lo más polémico. No en vano, durante bastantes años ha sido uno de los servicios de búsqueda de torrents más populares de Internet. Todavía quedan alternativas, desde luego, pero el resquemor de que se produzca un efecto similar al vivido el año pasado con el cierre de Megaupload, y la caída en cadena de la mayoría de servicios similares, seguro que se ha pasado por la cabeza de más de uno. Es, en cualquier caso, un problema con difícil solución, este de las descargas versus los contenidos protegidos. No se pueden ilegalizar sistemas genéricos que sirven para compartir ficheros (habría que prohibir el email o las memorias usb, por ejemplo), pero tampoco es aceptable que los derechos de autor sean vulnerados como si nada. Ojo, en mi caso aseguro que no estoy nada a favor de la teoría de que cada contenido descargado es un contenido que se ha dejado de vender, eso es ridículo en mi opinión. Pero sí que es cierto que la piratería afecta a las ventas y, sobre todo, a los derechos de los propietarios de unos productos que, para bien o para mal, pueden distribuirse a través de Internet. ¿Cultura? Bueno, desde luego me parecería ridículo que alguien se enfrentara a cualquier tipo de acusación por descargar clásicos pero… ¿Alejandro «Magno» Sanz? ¿Pretender que la descarga gratuita de su último disco a través de redes P2P es difusión de la cultura? En fin…