DMC-GX7

Una cámara de fotos buena, una cámara compacta, y una cámara bonita. Panasonic continúa con su gama de cámaras compactas de objetivos intercambiables con esta LUMIX DMC-GX7. Estas cámaras están a la vanguardia de la tecnologí­a de la fotografí­a con conectividad WiFi y controles y sensores cada vez más logrados, pero por fuera siguen sin cambiar de forma, o más bien va para atrás, porque busca una estética retro que recuerda a las cámaras clásicas de hace una décadas.

Pero no todo es estética, los principales puntos a favor de esta cámara están en la hoja de especificaciones. Cuenta con un sensor CMOS de 16 megapí­xeles con una resolución máxima de 4592 x 3448 pí­xeles. Es un valor lo suficientemente alto como para dar respuesta a las necesidades de cualquier fotógrafo. Y es que el número de megapí­xeles no dice nada sobre la calidad de las fotos, sólo sobre el tamaño de estas.

DMC-GX7

El sensor es bastante sensible, lo que ayuda en situaciones de poca luz. Puede forzar la sensibilidad a valores de 25.600 ISO, con un procesador de imagen Venus Engine VIII que ayuda a mantener el ruido controlado. No obstante, a pesar de que el valor es elevado, no conviene forzar demasiado en este punto, ya que no existe un remedio mágico. Por las pruebas de campo independientes que hemos podido ver, la cámara se maneja bastante bien hasta los 1.600 ISO, un valor nada despreciable, pero más allá de esto, el ruido parece ser inevitable.

La Panasonic LUMIX DMC-GX7 es una cámara para aficionados a la foto muy entusiastas, o para profesionales que busquen un segundo cuerpo más pequeño pero con la versatilidad de las lentes intercambiables. La posibilidad de controlar la exposición de forma manual nos indica que es mucho más que una cámara de apuntar y disparar. Otro punto en este sentido es la posibilidad de contar con los archivos RAW. Son mucho más pesados y «feos» que un JPEG, ya que no han pasado por el procesador de imagen, pero son fundamentales a la hora de plantearse retocar una imagen en Photoshop u otro programa.

DMC-GX7

La cámara puede grabar ví­deo en calidad Full HD (1.920 x 1.080) a 60 cuadros por segundo. Con la versatilidad de los objetivos, esta puede ser una función muy interesante. Cuenta con un visor electrónico de 2,3 megapí­xeles que se puede mover hacia arriba, facilitando la toma en posiciones extrañas. Si se prefiere, se puede utilizar la pantalla trasera de tres pulgadas para este mismo fin.

A pesar de la estética retro de la Panasonic LUMIX DMC-GX7, cuenta con algunas de las funciones más punteras en fotografí­a hoy en dí­a, como la conexión WiFi. Gracias a esta, se pueden pasar las fotos al ordenador o a redes sociales sin necesidad de cables si contamos con una de estas conexiones. En caso contrario, puede seguir siendo una herramienta útil, y es que Panasonic cuenta con una aplicación para móviles y tabletas que permiten conectar la cámara al teléfono para utilizar este como acceso a la red, o bien como un periférico de la cámara (pantalla auxiliar, disparador remoto etc.).

La Panasonic LUMIX DMC-GX7 llegará al mercado este otoño y costará unos 1.100 euros con un objetivo zoom básico 14-42 mm f.3,5-5,3. Es un buena cámara con grandes prestaciones por un precio que, si bien queda lejos de muchos bolsillos, no se puede considerar demasiado elevado.

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