En la era en la que todo el mundo puede hacer fotos y vídeos con su teléfono móvil, las marcas de fotografía están creado productos para grupos cada vez más específicos de consumidores. Es el caso de esta Canon LEGRIA mini, una videocámara peculiar, con un formato extraño que no habíamos visto hasta el momento. Según la propia compañía, está concebida para las necesidades de los blogueros, gente que quiere grabarse a si misma para colgarlo en Internet. De ahí su peculiar forma y características.
Lo primero que llama la atención es el formato externo. Renuncia por completo a la estética de una videocámara tradicional, con la pantalla a un lado y un asidero en el lado contrario. Por el contrario, presenta una peculiar forma de concha, con una pantalla que se despliega en la parte superior y se puede mover en cualquier dirección. El objetivo parece ser principalmente el de dejar la cámara apoyada en alguna parte, para grabar sin necesidad de que alguien esté pendiente de ello.
Otro punto clave de esta videocámara es la conexión WiFi. Es uno de los factores que nos indica el público al que está dirigida. Gracias a ella se pueden subir los vídeos y la fotos (que también las hace) a la nube o Youtube directamente, sin necesidad de contar con un ordenador. Además, existe la posibilidad de vincular la videocámara a un smartphone a través de esta conexión, por lo que se podrían compartir los vídeos sin tener siquiera la necesidad de contar con una conexión WiFi.
En el capítulo de las prestaciones, nos encontramos con una videocámara de gama media, con un sensor CMOS y un procesador de imagen Canon DIGIC DV4. Este permite grabar vídeo en resolución Full HD y tomar fotos de 12 megapíxeles. Es la resolución más lógica cuando hablamos de grabación de vídeo, ya que a día de hoy prácticamente no existen pantallas que soporten una resolución superior. En cuanto las fotos, 12 megapíxeles es una cifra más que suficiente para los usos que se le intuyen a una cámara como esta.
Otra parte llamativa es la lente que integra. En principio permite grabar en un ángulo de 170 grados y tomar fotos a 180, gracias al objetivo tipo ojo de pez que integra. Es una característica peculiar que no solemos encontrar en videocámaras ni cámaras de fotos que no estén especializadas en este aspecto. Puede grabar de una manera muy interesante, con la cámara muy cerca de nosotros, sin perder una buena parte de la imagen que queremos mostrar. También permite recortar el ángulo de visión de la imagen para obtener un plano más tradicional.
La pantalla tiene 2,7 pulgadas, y se puede orientar en cualquier dirección. Esto le da bastante versatilidad a la LEGRIA mini, ya que permite grabar con la cámara en la mano a la altura de los ojos, o bien desde más abajo sin perder detalle. Pero lo que marca la diferencia es el soporte, que permite apoyarla en cualquier superficie levantar algo la cámara para componer un plano más natural. La pantalla es táctil, y a través de ella se manejan una buena parte de los controles de la grabación.
La Canon LEGRIA mini estará en las tiendas en el mes de septiembre y se va a vender en dos colores: blanco y negro. Costará 300 euros, un precio interesante para un público específico, que busca tomar vídeos de forma autónoma y compartirlo muy rápidamente.