Steve-Ballmer-Microsoft

Las tabletas Surface se venden, pero no lo suficiente. Los datos los hizo públicos la compañí­a de Redmond el pasado martes a través de su informe financiero anual, presentado a la Comisión de Seguridad e Intercambio. Hasta ahora ha generado 853 millones de dólares en ingresos. No estarí­a tan mal si a eso no hubiese que restarle 900 millones de dólares por una amortización en las tabletas no vendidas del primer modelo (RT), que hubo que bajar de precio (hasta un 30%, de hecho). La otra traducción del hecho la dio el propio Steve Ballmer, cuando reconoció hace unos dí­as en petit comité con el director de operaciones de Microsoft, Kevin Turner, que habí­a fabricado demasiadas Surface. El intento de Microsoft por entrar en el mercado de las tabletas y arrebatar a Apple una parte del pastel, no está saliendo como esperaban. En número de unidades vendidas hablamos de 1,5 millones de Surface, tanto Pro como RT, frente a los 14,6 millones de iPads vendidos en el último trimestre.

Unas cifras de venta de 853 millones no son ningún desastre, aunque ni de lejos los 24.000 millones de dólares ganados por Apple con el iPad en los tres últimos trimestres. Pero esos 900 millones de ajuste de inventario con Surface RT, más otros 898 millones invertidos por la compañí­a en las campañas publicitarias de Windows 8 y Surface hacen que la balanza salga pero que muy mal parada. Microsoft no ha sabido, hasta el momento, ponerse las pilas ni con el software ni con el hardware. Y de eso no se puede culpar a los gastos publicitarios.

Microsoft

Microsoft ha sido un gigante dentro del mundo de la tecnologí­a, pero está a punto de convertirse en un dinosaurio si no reacciona. En el desarrollo de sistemas operativos, apartado en el que siempre habí­a sido el lí­der, no termina de dar el salto triunfal a las plataformas móviles. Nokia, su fiel aliada en el campo de los smartphones, no hace mucho se quejaba de la lentitud con la que Microsoft entiende el concepto de «actualización«, y poní­a el dedo en la llaga al reprochar el poco crecimiento de la tienda de aplicaciones de Windows Phone para sus Lumia. Nokia tiene motivos para estar preocupada por esto según la web The Verge. El diario asegura, según varias fuentes, que para Ballmer es más importante en estos momentos conseguir Instagram para Windows Phone que trabajar en el desarrollo de aplicaciones para el sistema operativo móvil.

Al parecer, en ese encuentro con Kevin Turner, Ballmer discutió otras cuestiones, según informa Reuters. Una de ellas la posibilidad de que la próxima Surface vaya equipada con un procesador de Qualcomm, el Snapdragon 800. Aunque por el momento se muestran más centrados en que Windows 8.1 sea todo un éxito y que comience ya a estar presente en los equipos. Tal vez sea una expectativa demasiado cargada de esperanza para Ballmer y Turner, que en la misma conversación trataron igualmente lo poco bien que habí­an ido las ventas de Windows 8, tanto en tabletas como en móviles y ordenadores.

El panorama, por el momento, no es muy alentador. Si gastan más en publicidad de lo que venden en tabletas, si no consiguen crear un catálogo decente de aplicaciones para su Store, si no logran mantenerse como lí­deres en la venta de sistemas operativos, si no se dan cuenta de que el mundo corre mientras ellos piensan en el siguiente paso, puede que Ballmer y Turner sigan hablando cuando Microsoft se haya extinguido.

 

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