EF 200-400mm L IS USM FSL

Dice una vieja frase del fotógrafo Robert Cappa que si tus fotos no son los suficientemente buenas, es que no estás lo suficientemente cerca. El problema es que hay situaciones en las que es realmente imposible acercarnos más a lo que estamos fotografiando. Y es que es difí­cil explicarle al árbitro de un partido de fútbol que necesitamos estar en medio del campo tomando fotos para no traicionar la memoria del fotógrafo húngaro. Así­ que para estos casos, lo mejor es tirar de teleobjetivo. Y puestos a buscar uno, mejor uno bueno.

Es el caso de este Canon EF 200-400 mm f/4L IS. Como su propio nombre indica, la longitud focal oscila entre los 200 y los 400 milí­metros, o lo que es lo mismo, vemos cosas que están muy lejos. No son valores espectaculares en este sentido, ya que muchos teleobjetivos de gama baja ofrecen longitudes focales similares. No obstante, 400 mm es un longitud focal más que respetable. Además, si se queda corta, el objetivo cuenta con la posibilidad de ampliar de manera electrónica un poco más este valor. Gracias a este multiplicador 1.4x, se puede llegar a los 560 mm. El asunto es cómo queda realmente la foto. Y es que cuando empezamos a tirar de zoom, suelen aparecer bastantes problemas.

200-400 Canon

El primero es que nos quedamos sin luz. Cuando más extendemos la longitud focal, más pequeña suele ser la abertura máxima de diafragma y, por tanto, la luz empieza a ser insuficiente. Uno de los puntos más interesantes de este objetivo es que la apertura máxima del diafragma es fija, independientemente de que longitud focal estemos utilizando. Además, el valor es bastante bajo para tratarse de un teleobjetivo: f4, el primer indicativo de que nos encontramos ante una lente profesional.

Otro punto importante es la aberración cromática que produce la lente. Y es que cuando utilizamos un tele, la construcción del cristal se hace especialmente importante, porque sólo utilizamos una pequeña parte de este, la central, y los defectos del cristal tienden a hacerse más evidentes.

Para esto, el Canon EF 200-400mm f/4L IS cuenta con una lente construida (cómo es habitual en Canon) con elementos de flourita. Esto permite una baja dispersión de la luz a través de la lente, además de reducir la aberración cromática, propia de estas situaciones.

Otro de los elementos fundamentales es el enfoque. Canon ha querido incluir diversas tecnologí­as para mejorar este apartado en este teleobjetivo. Por una parte cuenta con un sistema de enfoque automático rápido y silencioso de tipo anillo. Además, han mejorado el enfoque durante la grabación de ví­deo en modo manual o automático.

Pero cunado vamos a utilizar un objetivo de forma profesional, preocupan también otros aspectos que poco tienen que ver con la calidad de imagen. Y es que cargando con la cámara todo el dí­a y todos los dí­as, acabas perdiéndole el respeto, y esto se traduce en golpes y otras incidencias. Por eso, esta lente cuenta con un cuerpo de aleación de aluminio resistente a golpes, un revestimiento de flúor en el cristal para «espantar» a la suciedad, y un sellado contra polvo y agua.

Es una lente para profesionales, que casa bien con las cámaras de gama alta de la marca japonesa, como la popular Canon EOS 5D o la más sofisticada EOS 1D. Todaví­a no hay datos de precio o disponibilidad.

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