Aladdin de Disney

El fin de una era. La animación tradicional ha vivido uno de sus últimos capí­tulos en Hollywood, tras la despedida de varios animadores tradicionales en el seno de Disney. El crecimiento de las nuevas tecnologí­as de animación en 3D han relegado a la técnica del dibujo a una posición secundaria. Antes de Disney, otros grandes estudios como DreamWorks o Warner ya abandonaron esta técnica. Prácticamente, el último reducto de este modo tradicional de crear cortometrajes o pelí­culas de animación se encuentra en el viejo continente, donde sigue floreciendo esta técnica.

Según anunció en su cuenta de Twitter uno de los animadores tradicionales que hicieron posible «El Rey León», la compañí­a estadounidense acaba de despedir a nueve de los once animadores que seguí­an en plantilla, lo que a efectos prácticos se convierte en la sentencia de muerte de este modo de crear pelí­culas, al menos en el seno de Hollywood. Esta decisión forma parte de una serie de medidas de Disney para afrontar la crisis en la que está inmersa, y que se llevará consigo a 150 profesionales de la compañí­a. Algunos de los motivos que explican esta reestructuración están en la pérdida de ingresos relativa a la venta de DVD o el fracaso de proyectos como la última apuesta de Henry Selick en stop-motion (este fracaso supuso una pérdida de 38 millones de euros para la productora).

La animación tradicional ha vivido a la sombra de la animación digital desde hace más de una década. Precisamente, este año se cumplen las nueve décadas desde que el popular ratón Mickey hiciera su aparición por primera vez. La animación en dos dimensiones experimentó su primer gran momento con la llegada de la pelí­cula «Blancanieves y los siete enanitos» en el año 1937, el primer largometraje de animación tradicional de la historia. Después, Disney capitaneó la segunda era dorada de la animación en 2D, con tí­tulos como «La bella y la bestia», «Aladdin» o la misma «El rey león», historias que pasaron a formar parte de la infancia de toda una generación.

90 años de Mickey Mouse

No obstante, la irrupción de las pelí­culas de animación en 3D tras el éxito del inolvidable «Toy Story» provocó que la animación tradicional pasara a un segundo plano. Cuando John Lasseter se convirtió en el director creativo de Disney tras la compra de Pixar en 2006, anunció que lanzarí­a al mercado una pelí­cula de animación en 2D cada dos años. Pero desde entonces solo llegaron las pelí­culas «Tiana y el sapo» y «Winnie The Pooh», Además, este segundo proyecto llegó directamente al mercado de DVD sin pasar por el cine, una muestra de la decadencia que ha vivido este campo en el seno de Hollywood.

La decisión de despedir a la mayor parte de la plantilla de animadores tradicionales de Disney se une a las decisiones de DreamWorks o Warner de dejar atrás este modo de realizar pelí­culas. Un método tradicional que, no obstante, está viviendo una nueva época dorada en el viejo continente. Así­ las cosas, parece que a partir de ahora las pelí­culas de animación en 2D tendrán que encontrar su desarrollo lejos de la poderosa mano de Hollywood.

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