El Acer K130 no es tan diminuto como un picoproyector que se conectan a un teléfono móvil, pero resulta suficientemente pequeño para acompañar al usuario en todos los viajes, o para pasarlo de una habitación a otra sin esfuerzo. Mide 140 por 116 y por 41 milímetros más o menos el tamaño de una cuartilla, y pese a todo es capaz de ofrecer buena imagen. Este proyector tiene un diseño compacto y atractivo. No sólo vale para los viajes. También resulta ideal para colocarlo delante de una mesita en un estudio o en un apartamento de pocos metros cuadrados.
De todas formas, para enseñarlo a los amigos o utilizarlo en una reunión de empresa, todo el mundo quedará con la boca abierta. Esta acabado en blanco brillante, y con rejillas laterales bien configuradas para facilitar la disipación del calor producido por la lámpara LED. La imagen procede de un chip con tecnología DLP de 0,45 pulgadas, suficientemente rápido y sin efecto arco iris.
Este proyector de Acer ofrece una resolución de 1.280 por 800 píxeles aunque puede reproducir sin ningún problema imágenes Full HD 1080p. En ese caso, las reescala hacia abajo. De hecho puede trabajar con señales en 480i, 480p, 576i, 576p y 720p, aparte de 1080 entrelazado y progresivo. Puede trabajar con imágenes 16:10, que es el aspecto nativo del chip, así como 16:9 y 4:3. Conviene no abusar de la distancia a la pantalla. Da un brillo de 300 lúmenes, que se quedan en 240 lúmenes en el modo ecológico. Es un valor algo escaso, para el visionado de cine doméstico. Situado a 1,3 metros de distancia puede proyectar una diagonal de unas 42 pulgadas. Opera con distancias de entre 1 y 2,5 metros para diagonales de entre 30 y 80 pulgadas. La reproducción del color es la habitual en su categoría, y la velocidad de refresco es 120 Hz. Por otro lado, el enfoque manual se realiza mediante un resalte en el anillo de enfoque, al que se puede acceder desde la parte superior del proyecto. El mando a distancia es de los tipo tarjeta de crédito.
En el panel trasero presenta una entrada HDMI compatible con vídeo 3D y una entrada A/V. No es imprescindible conectarlo a un reproductor de sobremesa como por ejemplo un lector Blu-Ray o un lector DVD. Es posible llevar los contenidos de vídeo en una llave de memoria USB, para aprovechar el puerto correspondiente. Por cierto, que el puerto USB también se puede utilizar para conectar un adaptador Wi-Fi que se vende aparte, y que habilita la comunicación inalámbrica con teléfonos inteligentes o con tabletas. Con un adaptador específico también se puede conectar a un iPad.
El fabricante también ha puesto una ranura para tarjetas de memoria microSD, como las que usan los smartphones actualmente a la venta. De ese modo, basta con sacar la memoria del móvil e introducirla en el proyector para ver los vídeos y las fotos. El menú en pantalla permite configurar diversos parámetros de la imagen, pero mejor olvidarse del pequeño altavoz de 1 W. Es posible encontrar a la venta el miniproyector Acer K130 por unos 600 euros.
