Han pasado 244 años. Y 244 años son muchos para una enciclopedia que todavía permanece viva. Si habláramos de la Wikipedia esta sentencia nos parecería normal y hasta lógica. Y es que a estas alturas, las únicas cosas que nos parecen realmente perennes son las que están en formato digital. La cosa está en que hoy tenemos que referirnos a la celebérrima Enciclopedia Británica, la enciclopedia inglesa que se edita desde 1768 y que se ha convertido en un auténtico referente en el mundo lexicográfico y de la cultura en general. Sus artículos se han convertido en auténticas piezas museísticas, tanto por sus contenidos eruditos como por su estilo eminente, distinguido y literario. Pero la Enciclopedia Británica echa el cierre. Y lo echa a su edición en papel después de 244 años de haberse prodigado por el ancho mundo anglosajón. Así lo ha anunciado hoy Encyclopaedia Britannica, Inc, la compañía responsable de su edición.
Gana lo digital frente a lo clásico, lo tradicional, lo tangible. La responsable de este famoso compendio del saber ha anunciado a través de su página web que la Enciclopedia Británica ya no verá más la luz bajo los rodillos de la imprenta, puesto que nunca más se editará en papel. Los volúmenes que hasta ahora han copado bibliotecas de provecho, pasarán a mejor vida como piezas de museo, puesto que gran parte del texto contenido en sus entrañas dejará de actualizarse y de cobrar sentido en este mundo de revoluciones. Las mismas que han anclado en el pasado la fórmula de la Enciclopedia Británica. Desde hoy, la editora pone a disposición de sus clientes la Britannica online, completamente aderezada al gusto de un nuevo consumidor de información al minuto. Desde hoy y durante una semana, los internautas podrán consultar la Enciclopedia Británica de manera gratuita.
La última edición en papel de la Enciclopedia Británica se dio a conocer en 2010. Y aunque cuenta con los artículos actualizados que hablan sobre cuestiones del siglo XXI, para la gran mayoría el papel impreso y definitivo ha dejado de tener sentido. Los que quisieron adquirirla como lujo decorativo para salones de altura – no hay que olvidar que la Británica cuesta alrededor de 1.400 dólares, unos 1.100 euros al cambio actual – tendrán que decantarse por las piezas verdaderamente decorativas. De ahora en adelante, la editora centrará todos sus esfuerzos en completar los artículos de la enciclopedia con información mucho más viva y con nuevos contenidos multimedia, más ricos y nutritivos para un público completamente digitalizado.
Según The New York Times, el negocio de las enciclopedias en papel suponía para la empresa un misérrimo 1% de las ganancias, mientras que el 85% de los beneficios se obtenían a través de la venta de libros escolares. El resto se obtenía a través de suscripciones. En este sentido los números son de una claridad meridiana. El cambio de estrategia, dos siglos y medio después, incluso sano.
