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A todas las nuevas tecnologí­as les pasa lo mismo. Nacen, se hacen populares, y de pronto aparecen casi de la nada un puñado de mitos, positivos o negativos acerca de ellas. Algunos desaparecen al poco tiempo, pero otros duran y duran. Los de Nokia se han puesto manos a la obra, y han decidido derribar algunos de ellos, aunque no siempre con excesiva fortuna. Algunos de los mitos los refutan con la boca pequeña. Es el caso de ese que afirma que cuando hablas por teléfono en un avión, puedes hacer que se caiga.

La realidad es que no hay ningún caso registrado de aviones que se hayan dado la torta porque un pasajero se puso a hablar con el teléfono móvil. Los investigadores de accidentes y las compañí­as de seguros no tienen registrado ninguno de estos casos, pero los de Nokia dicen que mejor no arriesgarse y lamentarlo. Otro de esos mitos que refutan pero sin excesiva seguridad, es el que afirma que los teléfonos producen cáncer. Se limitan a reconocer que los estudios son contradictorios, que no se ha demostrado nada por el momento, y que en principio no se ha encontrado relación entre el cáncer y el uso de teléfonos móviles.

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En otros casos sacan pecho aunque disparan con pólvora de rey. Es el caso del mito que afirma que si hablas con el teléfono móvil en una gasolinera, puedes hacer que salte por los aires. No hay ningún caso registrado, pero es que además los del programa Mythbusters, especialistas en cazar mitos, dedicaron un programa entero a intentar dinamitar una gasolinera a base de llamadas con el móvil, sin ningún éxito. En este caso, les han dado el trabajo hecho. Otro mito que desmontan es el de que la tecnologí­a de los móviles está madura, y va a ser muy difí­cil encontrar nuevos avances. Tienen razón, cada dí­a se producen nuevos descubrimientos, cada dí­a se sacan modelos cada vez mejores, y todaví­a queda mucho campo por explorar. Mejores pantallas, tres dimensiones en el teléfono, mayor potencia, y sobre todo solucionar el problema de la duración de las baterí­as.

Un mito especialmente interesante es el que afirma que basta con apuntar con el móvil a un automóvil para abrir las puertas. Investigadores y hackers de todo el mundo lo han intentado, pero hasta el momento no lo han conseguido. Hace falta mucho más que un teléfono móvil para abrir un coche. Algunos investigadores han utilizado el enlace Bluetooth del navegador del automóvil para entrar en el ordenador de a bordo introducir cambios, pero con un ordenador muy potente. Por fin, derriban dos mitos que tienen que ver con la duración de las baterí­as. El primero de ellos afirma que cuando las cargas a diario, antes que al final se estropean mucho antes.

La realidad es que las nuevas tecnologí­as permiten la recarga a diario, si hace falta, y la duración no tiene nada que ver con el hecho de que se descargue o no del todo la baterí­a. Por fin, niegan rotundamente que todos los teléfonos incorporen un código secreto que permite aumentar la vida de las baterí­as. El rotundamente falso. Otra cosa es que con las herramientas adecuadas y entrando en el menú de ingenierí­a, se puede reducir la potencia con la que está emitiendo la antena. También es posible alargar la duración de las baterí­as desactivando ciertas funciones como el Wi-Fi o el Bluetooth.

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