falsos plugins 1

Seguro que te ha pasado más de una vez. En tu muro de Facebook aparece la recomendación de un ví­deo, que no siempre es pornográfico. En ocasiones es un videoclip de un cantante famoso, o las imágenes del último accidente o catástrofe. Incluso ví­deos de carácter humorí­stico. Todo depende de la tendencia informativa del momento. El caso es que cuando vas a reproducirlos, te encuentras con que aparece una ventana que te dice que tu navegador no está preparado para reproducir ese formato de ví­deo en alta definición, y que es necesario que instales un plugin o extensión.

Lo mismo ocurre con algunos ficheros de música. La famosa ventana te sigue recomendando la instalación de un plugin. No resulta demasiado extraño porque estamos acostumbrados a instalar todo tipo de extensiones en los navegadores, y Facebook no tiene por qué ser diferente. El problema es que en este caso se trata de una trampa creada por individuos que se lucran enviando cantidades masivas de publicidad. Cuando instales el plugin, ni siquiera tendrás acceso al ví­deo, que probablemente no existe, pero has instalado un chivato en tu ordenador que va a leer toda tu lista de contactos y de amigos, y les va a incorporar a la lista de los que reciben el famoso ofrecimiento del ví­deo, para que a su vez infecten su navegador. La infección hace que recibas cantidades apreciables de publicidad.

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Por el momento, este tipo de infección sólo está disponible para Firefox y Chrome, pero resulta sorprendente la cantidad de usuarios que pican y acaban infectando su navegador. Ya estás avisado, siempre que te ofrezcan un plugin DivX, o MP4 en Facebook, piénsatelo dos veces antes de instalarlo, porque podrí­a ser una trampa. Es verdad que estas trampas son menos eficaces que otras más tradicionales, pero en cuanto el navegador está comprometido, los intrusos tienen acceso a toda la lista de contactos del usuario, y pueden pasarse meses enviando publicidad y publicándola en el muro, sin que apenas te des cuenta de nada irregular, porque al fin y al cabo Facebook también te sirve tu buena dosis de publicidad para el desayuno. Este tipo de ofertas maliciosas son difí­ciles de reconocer porque cambian de continuo. Facebook las detecta y las elimina al poco de aparecer.

Y si no instalas extensiones para ver ví­deos, no te pienses que estás a salvo. Los spammers también emplean el mecanismo más antiguo conocido por los timadores, que es la codicia de las ví­ctimas. También es una práctica habitual, que se apoya en algo legí­timo. Muchas empresas enví­an códigos y cupones, que te permiten descargar aplicaciones, e incluso acceder a regalos y ofertas en el mundo real. En este caso, te ofrecen un cupón para qué tengas un desayuno o una cena gratis, o para que puedas probar el último modelo de ordenador. En ocasiones también te ofrecen participar en concursos con premios jugosos. Lo único que tienes que hacer, cándido tú, es descargar el cupón correspondiente. Claro que de cupón nada, de regalo menos, y de infección y robo de tus datos y los de tus amigos, todo. A partir de ese momento eres carne de spam.

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