Aunque se han sumado muchas de las empresas más poderosas en el mundo del porno agrupadas en Internet en la coalición Digital Playground, detrás de esta iniciativa está Manwin, la empresa propietaria de la red PornHub (YouPorn, PornHub, Brazzers, Xtube o Playboy.com). Entre todos, han denunciado a la ICANN y a la empresa de registros ICM Registry, la auténtica promotora del dominio XXX. Han interpuesto una demanda en California bajo la jurisdicción de las leyes antimonopolio norteamericanas. De tener éxito, no sólo va a cambiar la forma en que se administra el dominio XXX, sino todos los demás.
Hasta hace muy poco, los del porno ha luchado contra sus fuerzas para evitar que se aprobara el dominio XXX, porque pensaban que eso les acabaría metiendo en un gueto. Dicho de otra manera, que facilitaría mucho el trabajo a las empresas que fabrican tecnología para filtrar contenidos de adultos. Por el camino hicieron extraños compañeros de cama incluyendo a muchos activistas pro familia que tampoco estaban a favor de un dominio XXX. Pero una vez aprobado, todos han intentado apuntarse, y han quedado sorprendidos por los precios escandalosos que pretende cobrar ICM Registry, empresa encargada de gestionar el dominio.
ICM Registry se ha pasado más de una década importunando a la ICANN y moviendo todo tipo de hilos en Washington para lograr la aprobación del dominio dedicado en exclusiva a los contenidos pornográficos. Les exigían que demostraran que había necesidad de ello, y que además era un clamor popular. Prácticamente nadie quería el dominio, pero el caso es que se han salido con la suya, y han obtenido la exclusiva de registro. Los del porno quieren ahora que se detenga por el momento la comercialización, que empieza el 6 de Diciembre. Piden que el dominio se liberalice, y que se inicie de nuevo pero con precios mucho más bajos y dándole oportunidad a todas las empresas de registros de ponerlos a la venta. No va a ser una batalla sencilla. ICM Registry se juega más de 180 millones de euros al año, y eso sin contar con que ya que se ha apropiado de los nombres más buscados y jugosos para subastarlos. Y del lado de la ICANN, más de lo mismo.
Los de ICM les prometieron mucho dinero a cambio de la exclusiva. Aunque las empresas dedicadas al porno no están interesadas en adoptar el dominio XXX, no les queda más remedio que comprarlo en defensa propia. Si no lo hacen, se arriesgan a que ciberokupas creen páginas menores con el dominio para aprovecharse de la imagen de marca ajena. Y no sólo eso. En Estados Unidos se ha desatado una auténtica fiebre. Organizaciones religiosas, universidades, colegios, museos, todo el mundo está reservando su nombre y su marca con el dominio XXX para evitar la aparición de páginas que los desprestigien. Tienen que pagar una cantidad cercana a los 250 euros para mantener el dominio salvopor 10 años, pero es mucho más barato que litigar después con un ciberokupa.
Hola, buenos días! Hoy en España es Domingo de Resurrección. Tengo una noticia y una pregunta: La pregunta: ¿De qué forma se puede conseguir implantar sistemas de comunicación vía cable o fibra óptica con contenidos multimedia de tipo comercial (principalmente de economías muy liberalizadas) en países de fuerte carácter conservador a sus tradiciones? La noticia: Ni tan siquiera sabía que ya se ha creado la «extensión» .XXX, no es malo que se clasifique como material de contenido para personas adultas y quizás el que alguien quiera ser el «gestor» de los servidores es ya cuestión de abogados. He encontrado a un conocido, que no diré el nombre, quien pretende conseguir la «liberalización y la democratización de las redes telemáticas» aunque se han hecho intentos por crear dominios de tipo «local» ( comunidades autónomas o territorios independientes) hay una auténtica falta de contenidos pues no se ha creado el concepto de «comunicación» (To share) ni tampoco es demasiado objetivo el querer ganar «dinero»¿? sencillamente escribiendo blogs o pasando pelis. Es más un deseo de «comunicación» en una sociedad que, como ha citado algún gurú, está llena de «violencia» intrínseca pudiendo ser una » válvula de escape » o u «infierno personal».