Los ocupantes de las plazas traseras ya pueden cambiar el volumen de la música o poner otra canción menos aburrida sin necesidad de molestar al conductor, solo con el teléfono móvil. Claro que para ello es necesario que el autoradio del coche sea un LCF810 o un LCS710 de LG. En el fondo son equipos bastante similares. Sobre todo se diferencian en la capacidad de mostrar información de su pantalla LCD. Mientras que en el modelo 810 hay espacio para tres líneas de texto, el modelo 710 hay espacio para sólo dos líneas.
La prestación estrella de ambos aparatos es su conectividad para teléfonos Smartphone. Los dos tienen incorporada una aplicación de control remoto inteligente que facilita el uso directamente desde un teléfono móvil. La aplicación, que activa la compatibilidad Bluetooth, se llama LG Car Audio WIC, o de control inalámbrico y sincronización. Es compatible no sólo con los teléfonos de Apple sino también con los Android.

Estos dos aparatos pueden reproducir de música en MP3 y WMA, tanto si está almacenada en discos ópticos CD, como si se halla en lápices de memoria flash USB, en tarjetas SD, en discos duros externos, en teléfonos e iPhones, e incluso en un iPod. Son equipos potentes y solventes que también incorporan sintonizador de radio tradicional en FM, así como uno para la nueva radio digital mejorada DAB+.
El usuario en las plazas traseras o en la del copiloto va a tener control desde su teléfono móvil sobre todas estas fuentes, pero además sobre el volumen, el ecualizador, el nivel de graves, el brillo de la pantalla, e incluso la grabación de los programas de radio digital en la llave USB. El precio no es excesivamente caro. El LCF810 sale por 150 euros mientras que el modelo inferior, el LCS710 cuesta 130 euros. Eso si, no es recomendable que el conductor maneje el equipo con el móvil. Puede tener un accidente y en el mejor de los casos un multazo que le quite las ganas de escuchar música.