Los de la coreana LG ya se están preparando para las diversas ferias del sector, que empezarán en Septiembre, y lo han hecho mostrando su mejor apuesta tecnológica televisiva para el nuevo catálogo. Es la serie LW9800, uno de los televisores más avanzados del momento, y el que ocupará el lugar de honor que hasta ahora ocupaba la serie 9500. Son unos equipos tan delgados que casi no tienen ni marco.
La pantalla adquiere un protagonismo mayor. Se trata de un panel LCD de última generación con retroiluminación LED trasera con capacidad de atenuación local. En la casa lo llaman Nano LED, que emplea un filtro con agujeros de muy reducido tamaño a través de los cuales pasa la luz. Este filtro Nano mantiene los colores y las formas perfectamente separados y mucho mejor definidos. El control local además ofrece un nivel de negros hasta ahora difícil de conseguir. La pantalla de 55 pulgadas está dividida en 2300 áreas locales.
Cada una de estas áreas puede graduar su luz de forma independiente. No va a ser una pantalla económica. Es el top de gama, pero a cambio incorpora tecnología Cinema 3D. Permite ver vídeos en tres dimensiones utilizando las mismas gafas económicas que se usan en el cine, esas de cristales polarizados que no utilizan pilas. Aún más, tiene un eficaz sistema de conversión de imágenes 2D a 3D. Esta nueva gama está disponible con diagonales de 47 pulgadas y de 55 pulgadas bajo los nombres de 47LW9800 y de 55LW9800.
En ambos casos, el televisor incorpora Smart TV, con la capacidad de instalar aplicaciones, y de acceder a los servicios de vídeo bajo demanda. La imagen siempre va ser óptima, sin parpadeo, gracias a la tecnología TrueMotion de 400 Hz, y la comunicación con la red local muy sencilla porque tiene incorporado Wi-Fi. De hecho, es una de esas pantallas de última generación que se puede manejar desde un dispositivo móvil con la aplicación correspondiente. Todavía no se sabe cuándo estará en el mercado, ni cuánto tendremos que ahorrar para ponerla en el salón.