Acaba de conocerse otro caso de lo que los expertos empiezan a denominar copyright trolling, que no es más que chantaje en nombre de la defensa del copyright. Ahora la víctima es una abuela de 70 años de la ciudad norteamericana de San Francisco. Un bufete de abogados la acusa de haber compartido en Internet a través de BitTorrent una película porno titulada “Amateur Allure: Kim”. La buena mujer se defiende diciendo que no sabe que es eso del BitTorrent.
El copyright trolling es una nueva práctica utilizada por decenas de abogados norteamericanos sin escrúpulos, que con el pretexto la defensa del copyright, envían centenares o miles de cartas a presuntos infractores del copyright ofreciéndoles llegar a un acuerdo privado por cifras que oscilan entre los 3000 y los 4000 dólares. La alternativa, es acabar en tribunales, donde un proceso, incluso en el caso de salir inocente, puede costar hasta 10 veces más.
Una de cada 100 víctimas de este nuevo tipo de chantaje, es consciente de que no puede afrontar los gastos de un proceso legal, y prefiere pagar el arreglo amistoso. Para muchos productoras de títulos absolutamente desconocidos, muchas de ellas dedicadas al porno, está convirtiéndose en un lucrativo negocio porque sacan mucho más dinero por el chantaje legal que por la venta de sus casposas producciones.
En este caso han pinchado en hueso. Lo primero que ha hecho la abuelita es dirigirse a los medios de comunicación para denunciar el chantaje, e investigar al abogado que ha redactado la demanda, un tal John Steele implicado en un buen puñado de asuntos turbios, entre ellos denunciar la gente por bajar películas de una firma porno a la que representa, y que estaban rotulados con títulos falsos como por ejemplo los últimos éxitos de Bob Dylan. Eso sí, la abuela no tiene dinero para abogados, así que ir a tribunales a defenderse a sí misma.