Cambios en el negocio de las portabilidades. Ya sabes que de un tiempo a esta parte, el gobierno ha apostado para que los cambios de compañía de los usuarios de telefonía móvil pudieran hacerse de una manera más ágil y rápida. Pues bien, parece que la voluntad de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) ha surtido efecto, puesto que hoy se acaba de dar a conocer el modelo de portabilidades que se hará efectivo desde el 1 de junio de 2012. La noticia es que a partir de esa fecha, las operadoras tendrán tiempo de realizar la portabilidad en un día laborable y no en cuatro como hasta ahora. No obstante, las ventajas también se reducen para los clientes. Pero, ¿en qué consistirán estos cambios?
Ya sabes que hasta la fecha, el cliente tenía la oportunidad de jugar a los amagos. Esto significa que podíamos cambiar de compañía y esperar a que nuestra operadora de origen nos hiciera una oferta mucho más competitiva. Con la aprobación de los nuevos plazos para las portabilidades, esta estrategia se convertirá en una práctica de riesgo. Y es que a partir de la fecha estipulada (1 de junio de 2012) las operadoras tendrán 24 horas, como máximo, para realizar la portabilidad, dejando atrás los cuatro días que hasta ahora tenían de plazo. Por otra parte, el abonado en cuestión dejará de contar con los dos días y medio para arrepentirse, pasando a tener hasta las dos de la tarde del día siguiente. En realidad estamos hablando de un día o medio día para cancelar la solicitud de cambio.
A partir de ahora, además, los clientes sólo podrán gestionar su portabilidad con el operador receptor y no a través del operador donante, como se venía haciendo hasta la fecha. A pesar de todos estos inconvenientes, que en realidad perjudican al usuario, la portabilidad sigue siendo un derecho. De esta forma, la resolución de la CMT permitirá a los abonados aumentar el plazo de la portabilidad hasta un mes como máximo. No obstante, hay que tener en cuenta que a la hora de realizar estos cambios, las contraofertas no siempre llegan. Y es que las operadoras analizan el historial del abonado para estimar si es un buen o un mal cliente, para dejar marchar a los que tienen impagos o consumos demasiado bajos.
Quiza lo de jugar a los amigos no sea tan perjudicial para los usuarios, porque las compañías que de verdad quieran mantener a los clientes no podrán jugar con el riesgo y tendrán que ofertar antes de que este se plantee irse. Hasta ahora las compañías, a los que más perjudican es a los clientes que no se mueven.
otro acierto del supergobierno que tenemos