Uno de los fabricantes que tiene intención de apostar más fuerte por el universo de las tabletas en los próximos años, Acer (la empresa ha creado una división que se encargará exclusivamente de la creación de tabletas y smartphones) ha puesto el grito en el cielo por la actitud de Microsoft con Windows 8. Y es que la empresa estadounidense está intentando controlar muy férreamente cada paso del desarrollo que da su próximo sistema operativo.
Una postura que no deja de ser lógica teniendo en cuenta que la empresa quiere seguir mostrando su liderazgo en el mundo de la tecnología y hacerse fuerte en el mercado de los tablets, pero que no gusta nada en el seno de los principales fabricantes. Sin embargo, también demostrará si sigue por ese camino que está anclada en el pasado y que no ha sabido (todavía) hacerse a la idea de que el mundo tecnológico ha cambiado, y con ello también la forma ideal de afrontar los proyectos.
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