Con la llegada de la TDT, se ha multiplicado el número de canales ilegales a tal extremo que el Secretario de Estado de Telecomunicaciones, Bernardo Lorenzo, hace pocos días ha tenido que reconocer la inquietud del Gobierno. Lo cierto es que lo tienen muy difícil con las competencias tranferidas a las autonomías. Además se trata de un modelo de negocio en el que una gran productora emite el canal vía satélite mientras que una plétora de pequeños empresarios locales a comisión se encargan de retransmitir la emisión de turno en la TDT local, con o sin licencia.
Detrás de estas emisiones ilegales se encuentran muchas de las empresas que ya ocupaban frecuencias en la televisión analógica. Trabajan con canales agrupados por múltiples, con contenidos 24 horas de tarot y pornografía. La ilegalidad no está sólo en el hecho de emitir sin la licencia preceptiva. Acumulan un buen número de incumplimientos legales.
El primero de ellos es que no suelen respetar los horarios de protección infantil. Mientras que los canales de tarot y de videncia sólo pueden emitir desde las 10 de la noche hasta las siete de la mañana, los de contenidos eróticos sólo pueden trabajar entre las 10 y las seis de la mañana. Los que emiten películas claramente pornográficas ni siquiera podrían operar. El gobierno ha legislado que sólo se pueden emitir este tipo de películas bajo un sistema de acceso condicional de pago.
El negocio no está, lógicamente, en el mero hecho de emitir. Las emisiones son un gancho para que la gente llame por teléfono mediante uno de esos teléfonos de tarificación adicional. De nuevo aquí muchos de estos canales incumplen gravemente la legislación. En vez de utilizar la numeración telefónica reservada por el gobierno para este tipo de contenidos, utilizan otras bandas de numeración, casi siempre basadas en números 806. Lo mismo ocurre con los anuncios de prostitución, tímidamente ocultos bajo la terminología de acompañantes, en lugar de utilizar números 803, de nuevo emplean los empezados por 806.
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