Al poco tiempo de que los de Android decidieran incorporar lo que esperaban fuera un eficaz sistema antipiratería, un hacker ético, Justin Case, ha reventado el sistema. Como demostración de su logro, ha colgado un video en YouTube. El sistema empleado no tiene excesiva complicación. Se ha limitado a introducir en el teléfono un pequeño parche. Tras esta instalación, el teléfono cree que todas las aplicaciones que se quieran instalar tienen una licencia válida.
Los de Google están sorprendidos pero mantienen un mutismo absoluto a la espera de controlar los daños que podrían producirse. Ningún programador serio de aplicaciones va a perder su tiempo creando productos para un sistema operativo pirateado que permite la instalación sin claves y sin comprar el programa.
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