Comercializar un smartphone puntero en exclusiva es una excelente oportunidad de atraer nuevos clientes para un operador móvil. La fase inicial del lanzamiento de un producto de esas características despierta una elevada expectación entre los consumidores. Algunos de ellos son capaces de hacer cola durante horas para ser los primeros que consiguen tener en sus manos el codiciado teléfono.
La decepción es grande cuando, después de tanto aguardar, el vendedor de la tienda dice que el smartphone está agotado, y que hay que apuntarse en una lista de espera. Hasta aquí todo parece normal, pero el problema comienza cuando los consumidores reciben un trato distinto, dependiendo de si son clientes actuales de ese operador o de si proceden de otra compañía.
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