Las firmas taiwanesas Acer y Asus acaban de ponerse de acuerdo para obtener un adaptador universal que pueda funcionar para todos los fabricantes que también participan en el acuerdo. De hecho, son sólo las compañías taiwanesas las que se han acordado colaborar en estos términos, dejando fuera al mayor fabricante de ordenadores portátiles, el americano HP, y a otras compañías como Lenovo o Dell. Algo que no pasó cuando todas las firmas de teléfonos móviles se pusieron de acuerdo para implantar el famoso cargador universal.
El caso es que la nueva medida podría suponer un descenso de entre el 10 y el 15% en el precio final de los portátiles, operación harto beneficiosa para los consumidores, pero no tanto para los fabricantes. Se estima que a estas alturas, un usuario paga alrededor de 100 euros para obtener un adaptador adecuado a su ordenador. Cantidad demasiado suculenta como para dejársela perder. De momento, HP y las demás firmas del sector no han hecho ninguna manifestación al respecto.
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