Las contraseñas pueden ser o muy seguras o muy evidentes, de hecho acabamos de conocer cuál es la contraseña más usada del mundo. Nunca presumió el ser humano de original. Luego están también las preguntas de seguridad, sí, aquello de ¿Cómo se llamaba tu primer perro? o ¿En qué colegio estudiaste? El caso es que, teniendo en cuenta la cantidad de dinero que se mueve en Internet, la investigación en seguridad es una prioridad para muchas empresas y surgen nuevas opciones como la identificación biométrica.
El último invento es aplicar a la identificación de usuarios las cualidades de los teclados sensibles a la presión de manera que aunque uno sepa cuál es nuestra clave, no podrá pulsarla de la misma manera que nosotros y por tanto no podrá acceder a nuestros datos.
http://www.youtube.com/watch?v=_vMb9JUhC1g
Esto fastidiará mucho las películas de intriga, ya que no bastará con cortarle el dedo al ingeniero de turno para entrar y robar algún proyecto, ahora, hará falta al ingeniero vivito y coleando. Lo que no queda muy claro es qué pasará si venimos con una copa de más, aunque cuando se viene con una copa de más hasta escribir bien la contraseña ya es una tarea complicada.
En definitiva, todo esto es un proyecto. Microsoft sacó hace poco esta tecnología pero sin saber muy bien en qué aplicarla. Pidió propuestas y la de la empresa SafeLock es aprovecharlo como medio de identificación biométrica. De momento es sólo un proyecto sin aplicación comercial o industrial aún, pero parece que es un proyecto en el que hay muchas empresas interesadas.
Vía: Gizmodo
