El jueves pasado se celebró en Barcelona la segunda edición de los Oxcars, una edición mordaz de la homónima ceremonia a la que cada año claudica la industria Hollywoodiense. Fueron íngeles González-Sinde, Ramoncín o Teddy Bautista blancos perfectos para la crítica corrosiva de la EXGAE, la principal plataforma que defiende en nuestro país el libre intercambio de archivos y la distribución solidaria de nuestra cultura. Más de un millar de personas se congregaron en la sala Apolo para celebrarlo.
Fue así como durante la noche del jueves se pudo ver actuar sobre el escenario a Duquende, archiconocido cantaor flamenco, así como echar a volar literatura de la mano y de la voz de Alberto Vázquez Figueroa. El autor dijo con contundencia que «prefiere que lo lean gratis a que no lo lean» o que siente debilidad «por un público de estudiantes, obreros y secretarias en lugar de ejecutivos«.
Y es que Vázquez Figueroa, además de pronunciar discursos, predica con el ejemplo. El autor se llevó uno de los Oxcars por haber publicado «Por Mil millones de dólares» en papel y en formato digital libre en el año 2007, al más puro estilo de Paulo Coehlo. El escenario se llenó luego con actuaciones del grupo Daedalust, aunque todo el que se atrevió pudo cantar en un karaoke de clásicos como Frank Sinatra, Michael Jackson o Nino Bravo.
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El resto de premios fueron a parar a la serie Malviviendo (estrenada en la Red y con una gran cantidad de seguidores a cuestas) además de a algunas productoras audiovisuales que han apostado, incluso desde Estados Unidos, por la libre distribución de contenidos culturales.