Chuitter, el Twitter de catorce caracteres

Toda buena idea (y lo de buena idea incluso habrí­a que ponerlo en cuarentena) corre el riesgo de ser imitada. En esta ocasión, el parodiado ha sido Twitter, el famoso servicio gratuito de microblogging, que permite enviar pequeños mensajes de textos (no superiores a los 140 caracteres), al que le ha surgido un pequeño hermano que puede darle mucha guerra en el mercado japonés.

No referimos a Chuitter, una nueva aplicación que persigue el mismo objetivo fundamental (enví­o de mensajes de textos) y que imita en estética a su predecesor, pero con una significativa caracterí­stica: a diferencia de su hermano mayor, a través de este servicio sólo se pueden enviar textos de texto que no superen los catorce caracteres. Expresión máxima de la brevedad.

En apariencia, Chuitter podrí­a representar un canto a la filosofí­a del mí­nimo esfuerzo (muy común en los tiempos actuales), pero intenta aprovechar su propio segmento de mercado. En concreto, el de los ciudadanos japoneses más jóvenes que aseguran, según afirman varios estudios, que les sobran casi el 65% de los 140 caracteres que ofrece Twitter en la extensión máxima de sus mensajes.

Tal vez, la explicación a esta predisposición perezosa a la escritura por parte de los japoneses derive de las caracterí­sticas propias de su idioma. Los caracteres de origen chino utilizados en la escritura nipona albergan una mayor cantidad de información que la escritura occidental a la que estamos acostumbrados, por lo que los hijos del sol naciente necesitan escribir menos palabras para expresar cualquier tipo de idea o pensamiento. Por buscarle alguna justificación, vamos.

Una peculiaridad que además conjuga a la perfección con las nuevas formas de comunicación escrita del colectivo de jóvenes, que no demuestran ningún tipo de arrepentimiento a la hora de destrozar, por escrito y a gran velocidad, cualquier norma gramatical o de ortografí­a. El duelo está servido, ¿conseguirá Chuitter desbancar al todopoderoso Twitter? El tiempo lo dirá.