LG Prada II – A fondo

Se llama LG KF900, pero se le conoce como Prada, LG Prada II. Esta revisión de uno de los más glamurosos terminales de la coreana LG se ha convertido en el posible buque insignia de la gama alta del fabricante, y no es para menos. El LG Prada II representa todo lo que un móvil de lujo debe suponer: pantalla táctil, teclado deslizable tipo QWERTY, cámara de cinco megapí­xeles y multitud de posibilidades de conexión a internet, entre otras joyas.

No obstante, frente al carrusel de glorias que el LG Prada II muestra en forma de prestaciones, bien es cierto que quizás la marca, como en la ropa, pesa demasiado a la hora de traducir la valoración como producto en un precio. Pero quizás, eso sirve para atribuirle ese valor añadido que su público objetivo ansí­a en un dispositivo como el LG Prada II. Vamos a echar un vistazo por dentro antes de sacar conclusiones.

Aspecto e interfaz

Se supone que el alimento empieza por los ojos, incluso en términos tecnológicos. La apariencia exterior del LG Prada II es minimalista, sencilla y funcional, protagonizada por una pantalla TFT táctil de tres pulgadas con resolución WQVGA de 240 x 400 pí­xeles, unas dimensiones más que notables. Encima de la pantalla, una pequeña cámara sirve de enlace para las videollamadas por 3G, y con un sencillo movimiento de pulgar queda a la vista un completo teclado fí­sico QWERTY para los usuarios que no se apañen en la mensajerí­a táctil.

En cuanto al manejo, el LG Prada II se vale de un entorno multitáctil con menús rotatorios, visualizador de imágenes y lectores de documentos en diversos formatos. Además, y al contrario que varios modelos de semejante naturaleza, el Prada II permite tener varias aplicaciones funcionando en segundo plano, hasta siete simultaneamente. Lo que no aclara es la forma en que este hecho tira de la baterí­a y hasta qué punto merma su autonomí­a.

Multimedia

Capí­tulo fuerte para un smartphone de última generación. La base de las posibilidades multimedia la encontramos en la memoria del LG Prada II, que de entrada está limitadas a los 60 megas de capacidad interna o a los ocho gigas como máximo que tolera mediante tarjetas de memoria. Una vez cargada una unidad de almacenaje, el LG Prada es capaz de guardar en ella fotografí­as y ví­deos tomados con su cámara de cinco megapí­xeles, dotada de flash y lente Shneider-Kreuznach, apoyada de un fiable estabilizador de imagen.

En cuanto a la reproducción de formatos, el LG Prada II no ha escatimado en códecs. Si lo que queremos es reproducir ví­deos, no tendremos problemas si están codificados en DivX, MPEG4, H.263, H.264, 3GP, o Real Video. Además, es capaz de grabar secuencias de imagen en Slow Motion (cámara lenta, ampliando el número de frames, o marcos, que componen la imagen por segundo a tiempo real) y lanzar las grabaciones con una salida de televisión.

Si lo que nos interesa es no parar de escuchar música, el LG Prada II lo pone fácil. Entre los formatos que que es capaz de reproducir encontramos el MP3, AMR-NB, WMA, MIDI, AAC, AAC+, eAAC+ y Real Audio. No está mal. Pero en el caso de que prefieramos estar al dí­a de las actualidad en el mundo de la información o de la música, directamente, no hay problema, ya que el LG Prada II también dispone de radio FM.

Conectividad

El apartado de conexiones tampoco se queda corto. Tal y como se espera de un teléfono diseñado por Prada, el LG KF900 tiene vocación de perdurabilidad, incorporando las últimas novedades tecnológicas para no quedarse aislado ni como teléfono ni como terminal conectable a internet. Para empezar, se conecta a redes GSM por cuatribanda, y a redes 3G mediante HSDPA 850 y 2100. Pero además, cuando queramos ahorrar baterí­a, podremos desconectar el puerto 3G para aprovechar la conectividad Wi-Fi a través de los protocolos 802.11 b y g.

En lo relativo a entradas y salidas del LG Prada II, encontramos un puerto USB 2.0, así­ como conexión Bluetooth 2.1 y soporte para iSync, lo que nos resultará muy útil cuando se trate de sincronizar cuentas de correo, agenda o libreta de direcciones y listí­n de contactos.

Extras y autonomí­a

El LG Prada II no es sólo un teléfono para fardar de marca y diseño. Además puede concebirse como un instrumento de trabajo con el que visualizar y editar documentos procedentes de la Suite de Office. Eso sí­, con ciertas limitaciones. Es cierto que tenemos la posibilidad de acceder a archivos de Word y PDF, así­ como a documentos en TXT, pero se echa de menos un lector de tablas de Excel, que en otros modelos de la competencia están al alcance del usuario.

En cuanto a la baterí­a, no son muy precisos los chicos de LG. Sabemos que tiene una automí­a de 400 horas en espera, y cifran la duración en uso de tres horas, aunque sin especificar el tipo de uso (ya sea en conversación, en conexión 3G, mediante Wi-Fi…).

En cuanto a precios, la cosa varí­a entre opciones y operadores. Quizás lo que más interese es no atarse a compañí­as, para lo cual habrí­a que pagar hasta 600 euros para tenerlo libre, según tiendas. Pero si nos decantamos por la subvención, la cosa cambia. Podemos decidirnos por los 109 euros que habrá que pagar por una fórmula con Yoigo.