Probablemente la mejor virtud del modelo TX-P50G10 de Panasonic resida en su panel de plasma NeoPDP. La casa la reformulado completamente el diseño de las celdillas y del recubrimiento de fósforo, de manera que ahora producen colores más vivos y naturales, pero se controla la predescarga, y además se reduce el tiempo de presentación de las imágenes para eliminar efectos de posvisionado. Además lleva incorporado un sistema que trabaja con imágenes a 600 Hz, y una gestión de color como hay pocas.
Resulta interesante comprobar que es posible tener un plasma de última generación en la pared de casa por precios que empiezan en los 1.300 €. Los comerciantes de Internet andan a la greña para ver quién lo vende más barato. Y no es una mala inversión. No sólo se ahorra en el precio de la máquina, sino que además con los años se experimentará un considerable ahorro en energía, dado que es una pantalla plagada de detalles que delatan su carácter ecológico.
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